Por Editorial Sudestada
Esta es la foto del gobierno nacional a horas de cumplir un año de “gestión” y de brindar otra cadena nacional para decir lo mismo de siempre. Porque las cámaras se prenden, el presidente le “habla” al país que no pisa, que no recorre, que no mira ni siente, y vuelve a sonar esta especie de “testamento bíblico” con números falsos, con datos irreales, con la confusión como escudo, y con la protección mediática para seguir tirando la pelota para adelante, y proyectar un 2025 de un ajuste feroz, de pobreza en aumento, de derechos arrebatados, y de mucha más “libertad” adulterada.
Esta es la foto que los pinta. Con dos artífices claros. Con el “topo” del Estado -definición propia-, y su hermana, que nadie votó y que pretende candidatearse un año antes, y con problemáticas urgentes en todo el país, y oídos sordos y crueles. Y las fuerzas represivas, acordes al presente, hasta para tocar “canciones del presidente”, y enfilados para funcionar de escudo ante el plan político, social, cultural, y económico que asfixia al ciudadano de a pie, que pone contra el paredón a la democracia, a la soberanía, y a todos los derechos humanos y sociales.
Esta es la imagen que demuestra cómo, por qué, y para quién gobierna la ultraderecha reaccionaria, los infiltrados de la democracia, los pichones del partido militar, y el resabio menemista y liberal, argentino y cipayo, que solo protege privilegios, que sigue promoviendo el lavado de dinero, la corrupción de la casta neoliberal, y los paraísos fiscales. Estos son los que en un año de gobierno, solo beneficiaron al 1% del país de riquezas desproporcionadas, a costa del hambre del pueblo. A costa de las panzas que duelen en los barrios, de los millones de pibes que no cenan, de los millones de jubilados que lloran, de la angustia social, de los trabajadores que no llegan ni al 15 del mes, y con la proyección para seguir arruinando infancias y humanidades en todo el territorio nacional.
Esta es la foto que eligen para “el año”.. Porque el “libreto” de la cadena nacional ya está escrito, y el discurso vacío “testamentero” ya está agotado.
