Falso rebelde de bolsillo. El vivo que en el aula es hábil para burlarse de los defectos del compañero, pero siempre es sumiso ante la autoridad. Misógino, homofóbico y berreta a la hora del chiste fácil. Transgresor por decir giladas en radio y copiar ideas en la tele, pero incapaz de generar algo creativo y original.
Patrón de empresita y explotador, jefe negrero y astuto para evadir impuestos, “emprendedor” quejoso. Opinador profundamente ignorante de lo político que vaya más allá de su bolsillo. Vendedor de humo individualista y egoísta, incapaz de entender qué es la empatía, la solidaridad o la vida social.
Gerente de su propia estupidez y fiel devoto de las empresas que lo sponsorean desde hace décadas. Mal tipo y peor compañero de trabajo. Mario Pergolini es todo lo que no hay que ser ser ni parecer.