Sobre el silencio de muchos frente a la desaparición de Facundo Castro y la acusación de ser “funcionales” para quienes no callan las denuncias de la violencia institucional. ¿Dónde está Facundo?
“A los desaparecidos se los busca siempre, no por conveniencia-política partidaria”, clarifica Sergio Maldonado (hermano de Santiago) en su tuiter, un compañero que algo sabe de buscar y buscar durante semanas enteras el rastro de un ser querido. Es que ahora resulta que pedir por la aparición con vida de Facundo Castro Astudillo, que exigir que el Estado se haga responsable de su búsqueda, que reclamar que los funcionarios de turno se ocupen de salvar vidas y no de encubrir, distorsionar o dilatar investigaciones para proteger a la Policía Bonaerense, que señalar la continuidad de la lógica criminal que viene desarrollando la policía desde hace décadas con el “gatillo fácil”, sería ser “funcionales” a debilitar o fortalecer determinados procesos políticos.
La hipocresía de muchos quedó al desnudo en estos días: muchos reclaman por la aparición de un pibe según la conveniencia partidaria, y prefieren guardar silencio en otras. Muchos salen a los gritos a protestar por la agresión contra un móvil televisivo en el Obelisco, pero nada dicen ni aparece su indignación cuando un pibe de 18 años es fusilado por la Bonaerense en La Matanza. Muchos señalan con el dedo quién es “funcional” a qué partido según el oportunismo, con la doble moral de siempre y confirmando que no les interesa demasiado la vida de nadie, sino sumar a su fuerza partidaria. Por eso hacen silencio, o sólo opinan para defender al funcionario de turno, por eso no los vas a ver compartiendo la cara de Facundo en sus redes sociales o mencionando que la Bonaerense es la principal sospechosa.
El compromiso contra la violencia institucional no tiene sesgo partidario. La denuncia del gatillo fácil policial no se maneja según las necesidades o beneficios partidarios de turno. Señalar la miseria de algunos funcionarios, dispuestos a poner la cara en el show televisivo pero nunca a aportar respuestas a las familias que buscan desesperadas, no depende del viento político que sople. Qué profunda pena que tantos que se dicen compañeros no lo entiendan así, y prefieran la complicidad del silencio o señalar como “funcionales” a todos aquellos que no se callan.