Gestaciones orgullosas y disidentes en la Maternidad Estela de Carlotto 

Por Guadalupe Morales Sosa 

El escenario de los 40 años de democracia nos encuentra frente a diversos tipos de familia, la nuclear tradicional que tanto veíamos ponderada como parte de la norma y como mandato social en las novelas de la tarde, ha dejado de ser el foco en las narrativas audiovisuales actuales para pasar a retratar familias en clave inclusiva. 
Esta conformación que acentúa los roles asignados en la división sexual del trabajo: macho proveedor/ mujer cuidadora con doble y triple jornada no remunerada, está muy de a poco, comenzando a perder un lugar de exclusividad y de privilegio dentro de un imaginario social de conformación familiar. Esto se debe no sólo a la marcha de orgullosxs cuerpos disidentes que visibilizan otras subjetividades, otros modos de ser y de “reivindicar el derecho a ser monstruo” como dice Susy Shock, sino también gracias a los feminismos que cuestionan los mandatos desde el deseo de cambiarlo todo. 
En 2019 miles de mujeres y disidencias alzaron sus voces y sus brazos en el aplausómetro de un ya histórico Encuentro Nacional de Mujeres para que se incluyan las diversidades y las disidencias ante tanto odio y desprecio transexcluyente que quería obturar la posibilidad de que les compañeres formen parte del Encuentro. A través de esta votación tan particular, y constitutiva de todos los encuentros para decidir la próxima sede, las diversidades lograron ser un sujeto político reconocido tanto en su participación como explícitamente en la denominación ya que pasó a llamarse: “Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y No-Binaries”. 

Por cada ola que conquista derechos, la reacción conservadora se hace presente, esta vez con una muralla de discursos de corte ticktockero, pero siempre con el cariz ultra rancio que la caracteriza, solo que ahora con aspiraciones presidenciales legitimadas por el electorado. Es en este contexto en el que se cuestiona el derecho a la salud pública, que un equipo de investigación dirigido por Romina Moschella, psicóloga perinatal del Hospital Zonal especializado materno neonatal Estela de Carlotto, está construyendo datos desde la investigación cualitativa con el asesoramiento de un equipo docente de la Universidad Nacional de Moreno, para que los hospitales especializados en salud materna e infantil transformen sus prácticas hacia un paradigma inclusivo de las diversidades sexuales que brinde  atención igualitaria y oportuna de los procesos de gestaciones en un marco de ternura y trato digno. 
Esta investigación, apoyada por la Beca Julieta Lanteri del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, apunta a priorizar el trato digno de las personas usuarias y a respetar el derecho a formas autopercibidas de interpelar. De este modo, se proyecta la incorporación de una comunicación con perspectiva de género y diversidad a la señalética, cartelería y en la comunicación formal de la institución, para que luego, esto haga cascada en la comunicación cotidiana. 
El amor y otros modos de nacer y de vivenciar esas gestaciones interpelan a este comprometido equipo de salud, quienes se rigen por una idea transversal a todo este proyecto: hacer un mundo más igualitario tanto para niñeces como para quienes con tanta ilusión quieren disfrutar su familia sin ningún tipo de diferencia y que ese hije tan deseado pueda vivir en un mundo en el que su derecho a la identidad sea reconocido y respetado, gran legado de Estela para quienes nos sentimos un poco (o quizás bastante) sus hijes.

*Las ilustraciones son de @chealejandra_da