A las calles por nuestras Universidades

El martes próximo, las universidades de todo el país se van a movilizar en reclamo de fondos y rechazo a las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei.  La situación en las universidades públicas del conurbano es crítica, tanto que podría afectar la continuidad de sus actividades a partir de junio por la falta del presupuesto. El gobierno habla de un aumento del 70% del presupuesto universitario, pero  es falso. El presupuesto actual para es de un poco más de $1,4 billones, lo que representa un incremento -sin contar la inflación- del 2,2% contra el presupuesto inicial de 2024, que es una prórroga del 2023.

Por Tania Pagnola

¿Por qué se moviliza? por el ajuste brutal que está haciendo el gobierno de Milei y que claramente repercute en la vida cotidiana de cada uno de los y las estudiantes, docentes y no docentes, desde la suba en alimentos, transporte, servicios, inflación, alquileres. Por la pérdida de alrededor del 50% del Salario Docente, que es la mayor pérdida de poder adquisitivo desde la vuelta de la democracia. La no respuesta sobre las políticas públicas que garantizaban la permanencia estudiantil como el Progresar, Becas Conicet, estableciendo una pérdida real del 75% del presupuesto universitario.

 El 23 de abril, estudiantes, docentes, no docentes, adherentes, toda la comunidad en su conjunto se moviliza en reclamo del boleto universitario para todas las provincias, a la apertura de Becas, por la derogación del decreto de necesidad y urgencia 70/2023  y por una paritaria universitaria. 

Esta es una lucha por la Universidad que queremos, una Universidad que acompañe las necesidades de los más golpeados, que no construya individualismos meritocráticos, sino que sea  formadora de profesionales con pensamiento crítico y productora de conocimiento científico. 

La exigencia específica de gratuidad, la puesta en valor de la justicia social como fundamento de gobierno y política de Estado con la movilidad y ascenso de los sectores populares a partir de una intervención activa del Estado en la economía y en la sociedad dio lugar a que muchos de quienes asisten a nuestras universidades sean primeras generaciones de universitarios. Y que muchas de las universidades del conurbano que hoy el gobierno Nacional quiere desfinanciar hasta lograr su cierre, sean universidades que se lograron construir por una decisión política.

El gobierno habla, desde la irracionalidad, del sistema educativo público como un gasto excesivo del Estado. Mientras tanto los hijos de trabajadores se forman en las universidades nacionales públicas, no arancelada y de calidad. Enfrentando un modelo de país que lo único que quiere es achicar el Estado y disminuir el gasto público, que apuesta a una sociedad devastada, sin conciencia, con desconocimiento. No nos quieren capaces de reflexionar y analizar la realidad, no nos quieren con conciencia crítica.

Esto lo afirman distintos analistas, filósofos, sociólogos cómo Juan Pablo Abratte,  Eduardo Galeano, entre otros: los gobiernos neoliberales son enemigos acérrimos del pensamiento crítico-social.

Un estudio social y político de la Universidad de la Plata llamado “neoliberalismo, desigualdad y cuestiones de legitimidad” habla de cuál es la razón por la que gobiernos neoliberales no quieren que el Estado sea parte de la vida de las personas.

“ La relativa socialización de la reproducción de la vida por el sector público constituyó/constituye, no sólo un medio para atender necesidades de particulares, sino que es un modo de tejer una vida social en común, de hacer sociedades más o menos integradas, en las que las personas, los grupos, las clases incluso, pueden ser, sentirse, reconocerse y ser reconocidas (o no), como parte de una misma trama. Un modo de reproducción social que comprende necesidades que son sociales en sentido estricto, porque son de la existencia misma de la sociedad; de su cohesión y de su existencia material, más allá de las necesidades de los hogares”

Es decir, el vaciamiento de la universidad pública se trata de una disputa política sobre lo que significa está en sí misma, así también el rol del Estado presente en ella. Quieren desarticular este modo de pensar en comunidad que tiene nuestra sociedad. Para lograr una sociedad condicionada a su realidad inmediata, que crea que no tiene destino posible, condenada a la soledad y al individualismo.

Frente a este desfinanciamiento y vaciamiento de la educación superior, dónde el ajuste social se pronuncia en los recortes presupuestarios que se traducen a menos horas de clase, menos cátedras abiertas, un abandono total de las políticas de acompañamiento al estudiantado y salarios que no llegan a alcanzar los aumentos por la inflación. Las universidades, responden con organización, reconociendo su rol histórico de darle a esta comunidad la posibilidad de ascenso social.

Imagen de portada: Tiempo Sur