Por Editorial Sudestada
Luego del destape del vínculo de Espert con Fred Machado -y la red de narcotráfico- desde el gobierno primero hablaron otra vez de “una campaña sucia”, y luego cuando las pruebas son una más contundente que otra, intentan despegarse del “candidato narco”, y Patricia Bullrich es una de las primeras que se cruza de vereda a ver si puede zafar del salpique.
En plena campaña electoral, con actos cancelados por todos lados por terror al escrache, a Espert pareciera que lo bajaron, que lo pusieron en “pausa” mientras él intenta defenderse sin demasiada fuerza, y mucho menos con “argumentos” claros. Ahora bien, esto no es novedad, este vínculo no es nuevo, como tampoco la red mafiosa que aglutina a varios funcionarios del gobierno nacional y de LLA como “partido político”.
¿Y Karina?, ¿qué sucede con la hermana del presidente denunciada por estafa y corrupción, con el caso $LIBRA y el de Andis como los más comprometedores, sin dar explicaciones, negándose a hablar en el Congreso, y con la Justicia que todavía la protege? ¿Qué sucede con Martín y Lule Menem, sobre Andis pero también con licitaciones de empresas personales y negociados con el Estado, haciéndole “honor corrupto” a su propio apellido?
Bullrich habla de “luchamos contra el narcotráfico”, y pareciera una gran ironía de la que titubea cuando habla, pero es la impunidad de una Ministra que ordena la entrada y salida en fronteras, que por Nordelta solo pasa para alguna cena, que de aquellas valijas sin aduana que llegaron de Miami no dice nada, pero con Espert empapado de punta a punta, “tiene que dar explicaciones”.
¿Cuándo darán las aplicaciones todo este rejunte de estafadores, chorros, delincuentes y saqueadores que gobiernan para un sector mientras afanan, reprimen, y asfixian al pueblo?
