Por Editorial Sudestada
Ocho fallos tuvo -de la Justicia- el Ministerio de Capital Humano, con Pettovello a la cabeza, sobre los alimentos acuartelados desde el 10 de diciembre. Ocho fallos en contra. Y el gobierno vuelve a apelar. Y no solo que se niegan a repartir la comida de los barrios, sino que además festejan la impunidad de un ataque cruel, perverso, e inhumano, pero… sin costo a la altura.
En casi un año del acuartelamiento criminal en un país con hambre, en el que millones de niños no cenan, y millones de jubilados tampoco, y paremos de contar porque el golpe es enorme; el Ministerio inventado de estos empobrecedores, intentó confundir con miles de maniobras a la opinión pública, amparados en los operadores de micrófono y editoriales despreciables. Primero, no había alimentos. Luego hablaron de “comedores fantasmas” y que la gente se robaba las cajas. Sin una sola investigación concreta, “no hay comida para nadie”. Luego, ante la necesidad y urgencia, y el reclamo de los sectores vulnerables, Pettovello dijo “vengan de a uno”. Y más de 10 cuadras de cola esperaron que se abrieran las puertas, pero llegó la represión. Pettovello acusó ataques de pánico y se fue a Punta del Este. Y llegamos a los galpones, y a saber que había más de 6 millones de kilos de comida, mucha con vencimiento en junio, y otra en los meses posteriores. Pero “es para catástrofes”, y a Bahía y Concordia ni un paquete de arroz fue. Y “es solo yerba mate”, pero saltó la realidad de los millones de litros de leche que se vencían en julio. Dijeron que iban a ir a “escuelas vulnerables” pero nunca dijeron a cuáles. Y algunas cajas las recibió el macrista -de la “porcelana y el VIH”- Albino, para las iglesias evangélicas.
¿Y el resto de los alimentos? acuartelados, podridos o por pudrirse, con el festejo criminal. Porque secuestrar comida, aplaudir la apelación a la Justicia, reírse de la crueldad, y festejar que los galpones siguen cerrados en un país con hambre, es un espejo de “gestión”, es la demostración concreta de quiénes nos gobiernan y para qué.