Escorpia: “Una banda de mujeres es una trinchera”

La banda de mujeres Escopia cumple 5 años y lo celebra arriba del escenario y junto a sus seguidores. La cita es en el barrio del Abasto, en Caff, el próximo sábado 1 de noviembre. Esta colectiva de mujeres músicas, que compartieron junto a Indio Solari la colaboración del tema Refugio hace muy poco, está compuesta por Valentina Cook en voz y guitarra, Salo Bass en bajo, Rocío Luna en batería y recientemente se sumó Julieta Calvino en guitarra. Charlamos con Valentina sobre los orígenes y trayecto de esta banda poderosa.

Por Natalia Bericat

Se cumplen 5 años del nacimiento de Escorpia. ¿Cómo nació este proyecto musical?

La banda nace en un contexto de lucha. Con Salo nos conocimos militando la Ley del Aborto Legal Seguro y Gratuito y después la Ley de Músicas en los Escenarios. Tuvimos mucha afinidad: participamos de eventos, compartimos escenarios y ahí surgió la idea de tocar juntas. Fue Salo quien me insistía para armar.
Yo venía de una carrera solista, en ese momento sin banda, haciendo un formato sound system. Después vino la pandemia y todo se frenó un poco. En medio de ese parate, Salo volvió a escribirme para que avanzáramos con la idea y armáramos una banda para mi proyecto solista. Ella contactó a Rocío y tuvimos un primer ensayo en octubre de 2020, plena pandemia.
Desde ese primer encuentro sentimos una afinidad enorme: nos juntamos y la banda sonó. En ese momento decidí proponerles que el proyecto tuviera nombre propio, que no fuera solo mi proyecto, sino una banda con identidad y canciones propias. Y así fue.

Tener una banda de mujeres, más allá de la lucha y de decir “tenemos que ser solo mujeres”, lo que más valoramos es el grupo humano. Interactuar entre mujeres en la música, al menos para mí, fue una experiencia nueva. Siempre había tocado con varones, y la energía es muy distinta: hay acompañamiento, crecimiento mutuo, respeto, debates, charlas, aprendizajes. Todo eso es hermoso y va más allá de tener una banda.

También es un aprendizaje personal: ser mujer en un contexto social donde todo cuesta tanto, donde hay que luchar constantemente. La banda muchas veces se convierte en un refugio y una trinchera. Podemos hablar de lo que nos pasa, encontrarnos no solo como compañeras de música sino de vida, sentir que no estás sola frente a las situaciones que una vive constantemente por el mero hecho de ser mujer. estar con amigas tocando, aprendiendo, equivocándonos y creciendo juntas. Escorpia nació de algo muy genuino: de estar juntas en la calle, conquistando derechos y compartiendo música.

Hace 5 años el movimiento de mujeres hacía historia en nuestro país defendiendo derechos y saliendo a la calle. ¿Influyó en ustedes como artistas independientes ese momento?

La Ley de Cupo fue una conquista muy valiosa. Nos dio reconocimiento y visibilidad: hizo que la sociedad vea que existen muchísimas mujeres músicas, porque hay una ley que obliga a los festivales y productores a incluirnos. Más allá de que se cumpla o no, generó conciencia entre las mujeres también, redes y un movimiento que creció desde abajo.
Esa ley visibiliza, pero una banda independiente siempre la tiene más difícil. No sentimos que hayamos entrado en festivales por la Ley de Cupo. Seguimos viendo un ambiente muy monopolizado por varones y estructuras patriarcales que están hace décadas y que se incomodan cuando una mujer sube un poco. La sensación es que te quieren “pisar la cabeza” sobre todo en el Rock.
No se quiere mostrar a las mujeres, menos a las mujeres en grupo. La ley ayuda, pero para las bandas o artistas independientes es muy difícil. Incluso a colegas del maintream les cuesta permanecer, es como si existiera un techo para las mujeres que claramente los varones no tienen.
La ley fue un paso importante, pero todavía falta muchísimo.

En sus canciones hay crítica, dolor y también amor. ¿Cómo se da ese proceso creativo entre letras y música?

En Escorpia, la composición hasta ahora la hice siempre yo, ese siempre fue como mi roll más importante. En un principio cuando empezamos a tocar arrancamos con temas míos de mi etapa solista y algunos covers, de a poco fui componiendo un repertorio para la banda, desde un lugar simple, con guitarra. Llevo las canciones a la sala y ahí trabajamos juntas los arreglos, el sonido y la identidad que pida cada canción . Es ahí donde todas volcamos nuestras influencias.
Ahora estamos entrando en un momento en el que las chicas están empezando a meterse un poco más en la composición también, trayendo ideas y canciones.
En mis letras aparece mucho esta sensación de estar atravesada por la realidad de incomodidad frente al sistema en que vivimos. Me genera frustración, impotencia, angustia ver a la humanidad atrapada en una estructura tan macabra, donde pareciera que si se abandonara el afán por tener poder, todo fluiría en armonía. Cómo dijo Jimi Hendrix
“Cuando el poder del amor sea más fuerte que el amor al poder, el mundo conocerá la paz.” ver la injusticia y al mismo tiempo creer que todo podría ser perfecto— me lleva a escribir desde esa mezcla de dolor y esperanza. A veces me parece que tener ese pensamiento ingenuo que me otorga admirar la naturaleza en todas sus formas, es lo que me hace Tener esperanza.
Creo profundamente que el amor es la única salida, lo único que puede desvanecer al miedo. Es el miedo lo que empuja al poder, y a que se ejerza sobre otros , en el fondo, es el miedo a vivir sin amor.

Es difícil encasillarlas en un género, y eso es maravilloso. El rap, por ejemplo, parece su herramienta para la denuncia.

Sí, la banda está influenciada por muchos géneros. El rap siempre fue una herramienta de comunicación para mí, desde mis comienzos. Cuando quiero expresar algo con más fuerza o incomodidad, el rap me resulta natural, como cuando en una canción apretás la distorsión.
Me permite decir cosas con otra intención, tanto en temas potentes como en canciones más suaves. Hablar en la canción me da libertad para explorar distintos estados anímicos y expresarlos con la voz.

Es imposible no preguntar por la colaboración del Indio Solari en “Refugio”. ¿Qué significó para ustedes?

Todavía no caemos del todo. Que un artista como Indio se haya interesado, que le haya gustado lo que hacemos y haya aceptado grabar con nosotras, fue una oportunidad enorme.
La canción Refugio habla precisamente de esa invisibilización: de cómo a las mujeres muchas veces no se nos deja desplegar las alas. Escuchar al Indio decir que le interesa saber lo que las mujeres tenemos para decir, y que lo demuestre grabando con nosotras, fue muy fuerte.
Los hombres ya dijeron todo lo que tenían para decir. Este es el momento de las mujeres, y que alguien como él lo apoye y se arriesgue en un género que no le es habitual, nos llena de gratitud.

En su música se perciben muchas influencias. ¿Cómo se construye ese universo sonoro?

A la hora de escribir y componer tengo mucha influencia de María José Cantilo, con quien estudié y compartí mucho, y también de mi viejo, de la música internacional que se escuchaba en casa. Son cosas que ya están dentro de uno y aparecen naturalmente.
La canción en inglés que mencionás tiene letra de mi papá: me la escribió a mí, y yo le puse música y melodía. Nunca la había tocado hasta que se la mostré a las chicas, y enseguida se armó un clima muy especial. Sentí que tenía que ser una canción de Escorpia. El sello de la banda se metió en ese tema y lo hizo propio.
Ese universo del que hablás surge de ahí: de mis influencias al componer y de lo que las chicas aportan después. La mezcla de energías y estilos es lo que define el sonido de Escorpia.

¿Cómo viven este nuevo momento con la incorporación de Julieta?

Estamos muy entusiasmadas con Juli. Su llegada trajo frescura, inspiración y ganas de crear cosas nuevas. Veníamos acostumbradas a una forma de trabajo y un sonido consolidado, pero también a cierta zona de confort. Incorporar a otra integrante nos sacó de ahí y nos puso en movimiento.

Sentimos mucha alegría por haber tomado esta decisión y por haber encontrado a una guitarrista tan talentosa y a la vez tan humilde y respetuosa.
Tenemos muchas ganas de reencontrarnos con nuestro público el 1 de noviembre, que la reciba con el mismo cariño que nosotras, y de seguir sosteniendo nuestro espacio y nuestra música en este contexto tan difícil.
Lejos de achicarnos, seguir sumando integrantes también es un acto de resistencia, una forma de decir: “Vamos a hacer nuestro arte como queremos, cueste lo que cueste.”

Link de entradas por acá

El diseño del video Refugio es del enorme dibujante Serafín