El karma de vivir sin luz: Miles de familias en el Delta rehenes de EDENOR

La conjunción de una tormenta subtropical y décadas de pésimo mantenimiento y desinversión produjeron en islas pertenecientes a los municipios de Tigre, San Fernando y Campana un corte de luz que afecta a más de la mitad de la población y lleva 27 días. Sin respuestas de la empresa o el Estado, y con el agravante de la muerte por electrocución de un joven trabajador precarizado, integrante de las cuadrillas de reparación tercerizadas. Por lo cual se programó una movilización a las oficinas de la empresa en San Fernando para el martes 16 de enero.

Por Comunidad isleña en Asamblea y Movilización

            En la madrugada del 17 de diciembre, una tormenta subtropical afectó al Delta del Paraná. Se registraron vientos superiores a la fuerza 10 en la escala de Beaufort durante más de media hora. Tal intensidad de por sí constituye algo excepcional en la región, si bien resulta cada vez más habitual a causa del cambio climático. Hubo además ráfagas que superaron los 120 kilómetros horarios. La lluvia copiosa, que humedeció la tierra habitualmente blanda de estas islas aluvionales, y cargó las copas de los árboles, provocó que centenares de casuarinas, sauces, eucaliptus, robles se vinieran abajo. También volaron techos, antenas y, sobre todo, postes del tendido de luz y cables. Razón por la cual el estrago más extendido y duradero es un corte de luz que afecta a más de la mitad del territorio isleño entre el río Luján y más al norte del Paraná Mini, con sectores dependientes de Tigre (primera sección de islas), San Fernando (segunda sección de islas) y Campana (tercera sección de islas).

            No contar con electricidad en la isla no es sólo no disponer de iluminación por las noches, o no poder refrigerar alimentos y bebidas, implica también no poder subir agua al tanque, y por lo tanto bañarse, lavar los platos, la ropa, tirar agua en el inodoro o regar acarreando baldes desde el río subiendo y bajando escaleras; no poder trabajar con ninguna herramienta; no poder trabajar si se tiene instalado en la casa algún taller de producción textil, gráfica, de esterillas, etc; no poder hacer teletrabajo; estar incomunicado en caso de emergencia. En el caso de contar con un generador, se suma otra dificultad: hay sólo cuatro estaciones de servicio en todo el Delta y las lanchas colectivas, por seguridad, no transportan combustible. Además, por supuesto, de tener que afrontar los gastos correspondientes. Se han reportado decenas de casos de personas electrodependientes -dializadas o que deben refrigerar medicamentos- que se tuvieron que mudar a casas de familiares o amigos en el continente.

            Mientras tanto, la empresa EDENOR aduce que no puede invertir más y trabaja con cuadrillas tercerizadas que no han logrado avanzar substancialmente en casi un mes. Para agravar una situación de por sí complicada, un joven trabajador —Rubén Haita—murió electrocutado; y otro —Natanael Manke— sufrió importantes quemaduras, lucha por su vida y corre riesgo de que le deban amputar un pie. A la ineficiencia y desaprensión de EDENOR se suman la completa inacción de los intendentes de Tigre, Julio Zamora, y San Fernando, Juan Andreotti, ambos de vacaciones a pesar de la crisis innegable. En el caso de Tigre, funcionarios del gobierno municipal habían implementado un Comité de Crisis al que invitaron a participar a representantes de la empresa y de la comunidad isleña. Al repetirse reuniones que sólo conducían a nuevas reuniones sin que se avanzara con lo requerido, la comunidad fue decidiendo en asamblea diversas medidas de fuerza: caravana náutica por el río Tigre, presentación en el palacio municipal, cacerolazo en el centro de la ciudad. Al parecer disconformes con estas acciones, desde el municipio de Tigre decidieron de modo unilateral romper la línea de diálogo con los afectados. En la última oportunidad en que los representantes de la asamblea integrantes del Comité de Crisis se acercaron al palacio municipal, lo encontraron rodeado por decenas de efectivos policiales en actitud claramente intimidatoria. Y el jefe de seguridad les gritó que no fueran más, que nadie los iba a atender. Tampoco ha intervenido el gobierno de la provincia mediante la Dirección Provincial de Islas, ni el gobierno nacional. Lo cual originó la medida votada en la última asamblea, el martes 9, de movilizar al martes siguiente (16 de enero) a las oficinas de la empresa prestataria del servicio situadas en San Fernando.

            EDENOR, que da electricidad a buena parte del conurbano norte, una de las zonas más ricas del AMBA, fue adquirida a Pampa Energía, de Mindlin, por un grupo del que forman parte el ex legislador menemista José Luis Manzano, el magnate de la prensa Daniel Vila (Grupo América), y el llamado “Rey del cloro”, Carlos Filiberti, principal proveedor de substancias para potabilización del agua que ha hecho ingentes negocios con los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Al adquirir este nuevo grupo la empresa, el entonces flamante ministro de economía Sergio Massa les condonó una deuda con el Estado de alrededor de 100 mil millones de pesos. La deficiencia del servicio que prestan ya desde la época de Pampa Energía viene convirtiéndose en folklore: baja tensión, cortes de luz apenas sopla algo de viento, tardanza para restablecer el suministro de energía, nulo mantenimiento para que los cables corran por una picada libre de ramas. Su accionar en este corte viene estando a la altura de tales antecedentes: como han reducido a su mínima expresión las cuadrillas de mantenimiento, debieron tercerizar trabajos y en muchos casos fue tan precaria la planificación y el equipamiento que los mismos vecinos debieron proveer a los integrantes de esas cuadrillas de bebidas, alimentos y hasta herramientas o escaleras. Sin dudas lo peor de todo es la muerte de un joven trabajador y las lesiones gravísimas sufridas por otro. Según vecinos testigos de cómo se viene trabajando, el tipo de reparaciones emprendidas sigue la línea de precariedad acostumbrada, por lo cual se corre peligro de nuevos cortes y de nuevos accidentes.