Por Editorial Sudestada
La banda de Palomar vuelve a los escenarios, y el próximo 14 y 15 de diciembre tocará en el Estadio Único de La Plata, luego de 15 años de aquel River inolvidable y una despedida que todavía emociona. Porque de ahí en más no hubo ritual, y la noticia nos abraza. Porque de repente reaparecen ellos, y volvemos a ser pibes, a los bondis escolares, a la bandera en el alambre, a las entradas de aquella Atlanta, o en un Obras mucho menor, o en Rosario, All Boys, o cualquier rincón del país. Porque ellos avisaban y la banda viajaba, como podía, a donde podía, siempre con el abrazo piojoso ahí, con el “Yira-Yira” como bandera, Muy Despacito, en la Esquina Libertad, porque Todo Pasa, y cada ritual era “el ritual”.
Porque ahora anuncian el regreso, y adentro se escucha el “chac tu chac” que levanta, para que llegue Pistolas y todo se mueva, Los Mocosos y los “crotos” para que ya se visualice la fiesta piojosa, a la que se extraña, y que nos lleva los años de tupper blancas, flequillo corto, pañuelitos, banderas, y mucho rock mezclando con tango y otras melodías que se impregnan en el conciente colectivo.
Vuelven Los Piojos. Vuelven ellos. Y volvemos nosotros. Vuelve el barrio. Vuelven las pibas y los pibes. Vuelve el Ritual, único. Volvemos, cantando en el bondi, en el tren, en el laburo, porque “Somos fantasmas peleándole al viento…”, y porque la nostalgia nos abraza y nos invita a esta gran fiesta piojosa, en La Plata.