Vergüenza nacional


Por Editorial Sudestada

El “Comité de crisis” del gobierno nacional no se realizó ni se realiza por la emergencia económica del país, sino por Israel, Ucrania, y el “soba lomo” para llegar algún día al menos a ser socios de la OTAN y del imperio asesino del norte. Con esa lógica, ahora en el Senado, a mano alzada y sin debate –ni oposición de los bloques- los senadores se aumentan los sueldos. Una vergüenza nacional en la que la mayor parte de los medios apuntan a las chicanas entre Milei y Villarruel, el falso relato de La Libertad Avanza que ya nos tiene acostumbrados, y prácticamente no hay líneas que marquen el poco sentido de Estado que se ejecuta desde otro Poder en un país que sufre, que duele, y no tiene manera de focalizar un horizonte.

Frente a una crisis profunda, a un ajuste cruel y siniestro, al recorte de todos los presupuestos públicos, de un Estado que solo beneficia a los “privados” y al séquito empresarial que milita la falsa “libertad, todavía desde algunos sectores se preguntan y reclaman una representación. Esta puede ser una de las respuestas posibles, no solo de los Gremios que especulan y negocian, sino de funcionarios que levantaron la mano, perdieron todos los escrúpulos, y multiplicaron sus bolsillos a la par del hambre en todos los barrios.

¿Qué análisis se puede realizar sobre una maniobra que denota –indiscutiblemente- lo que sucede día a día al ciudadano de a pie? ¿Qué podemos esperar de ahora en más sobre personajes que juegan a la “Patria” mientras se enriquecen aprovechando el momento y la oportunidad? ¿Con qué cara nos dicen y nos dirán que ahí adentro se trabaja para la gente?

De 1.7 millones de pesos, pasarán a cobrar 4 millones. Para ser claros y comprender la realidad: un senador a partir de ahora va a cobrar el valor del salario mínimo vital y móvil –que hoy es de 202 mil pesos- multiplicado por 20.

La clase política nacional, dentro y “cerca” del fascismo, muestra la hilacha, una vez más.