Por Editorial Sudestada
Una cosa es Trump y otra el gobierno de los EEUU, o el establishment del imperio. Porque el impresentable de la Casa Blanca dice ser “aliado” del impresentable de La Rosada, pero EEUU se abre, se define, y muestra cuál es la realidad argentina mientras acá los funcionarios, candidatos y operadores de micrófono siguen repitiendo “estamos mejor”, y “viva la libertad” con el llano que sufre, que duele, con angustia multiplicada, y con un 2026 que se vendrá peor si siguen gestionando los mismos de estos últimos dos años, en el que ningún ciudadano de a pie recibió una mejora de su vida, sino todo lo contrario.
“Argentina no tiene dinero, no tienen nada, están luchando fuerte para sobrevivir, si puedo ayudarlos a sobrevivir en un mundo libre… El presidente de Argentina está haciendo lo mejor que puede, pero están muriendo”, es uno de los textuales de Trump, que quiso comprar el Premio Nobel mientras el plan de exterminio en Gaza se profundiza con su “ayuda”, con tropas de elite, y la mano perversa de invasión y terror. Y define a nuestro país así, con Milei que lustra zapatos, Caputo que pide “por favor”, y los mercados internacionales que no llegan como tampoco las inversiones, y además con el ultimátum desde el imperio y el FMI sobre las elecciones de la semana que viene. Elecciones con una campaña financiada con los préstamos que nos endeudan, y con la fuga de capitales de Caputo que todavía sigue sin responder dónde está la nuestra empañada afuera.
Y el gobierno de la confusión festeja este discurso de Trump y la “compra de carne” como algo beneficioso al país, cuando en realidad sigue siendo otra migaja para patear la pelota, para desde acá mostrarnos “insertos” en el mundo pero con “una Argentina que lucha por su vida”. Tanto es así que todo prende de un hilo, que todo está atado a las elecciones legislativas y no a las presidenciales, que al gobierno le quedan dos años cuando pasa su peor momento, y hasta el imperio le tira una mano y le da la espalda en el mismo momento.
