Cuando escuchen en la radio que los mapuche prendieron fuego e incendiaron un barrio, llamen y desmiéntanlo, no tengan reparo, porque hay que denunciar la mentira que quieren correr, seamos nosotros los que detengamos esta otra campaña de odio y malas noticias.
Parece mentira que ya se cumplieron 46 años y no se sabe nada, cómo puede ser, habiendo tantas muertes, cómo pueden seguir sueltos muchos genocidas.
Estamos tratando de visibilizar el caso de Flavia Saganías en Córdoba que le dieron 23 años por denunciar a su compañero que había abusado de su hija. O sea que denunciar a un abusador es que la persona que lo denuncia va a la cárcel, es una nueva forma de intimidación para el pueblo argentino.
Ningún gobierno ha hecho nada. Siempre los derechos humanos han sido usados en beneficio propio. Las madres seguiremos de pie hasta el último momento. Vamos a seguir pidiendo aparición con vida y justicia. Envejecimos reclamando justicia. Para mí, mi hijo siempre va a ir adelante y yo siempre voy a ir detrás. Él me enseñó, de él aprendí, muchas cosas, entonces yo siempre atrás de él y exigiendo justicia.
Si nosotras no hubiéramos creído en el pueblo, sino hubiéramos creído en toda la gente que por años y años nos vienen abrazando y acompañando, nos ayudaron a que cada día nos levantemos con fuerza y digamos: “Querido hijo, querida hija, acá estamos para luchar.