Soy una tonta por quererte: escritura y paisaje de un cuerpo

Southern trees bear a strange fruit
blood on the leaves and blood at the root

Billie Holiday

Luego de la publicación de Las malas, la novela de Camila Sosa Villada ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2020, la autora publica, de la mano de Tusquets editores, Soy una tonta por quererte. Nueve relatos construyen este libro donde nos volvemos a encontrar con un cuerpo que escribe y narra desde una perspectiva de un yo que tiene puntos de contacto con las travestis del Parque Sarmiento y con ese mundo mágico que Camila logra crear en sus textos. El monte y el paisaje se vuelven cuerpo en la escritura, se fusionan con la voz y continúan la serie que la escritora inaugura.

Por Natalia Bericat

Comenzamos la lectura de Soy una tonta por quererte desde un título que agradece y se conecta directamente con Las malas: Gracias, Difunta Correa, dice el primer relato a la santa popular mientras despliega una historia que resuena en la biografía de quien escribe. El relato completa el círculo abierto en su libro anterior. Una promesa cumplida, un cuerpo con sed, un niño que encuentra cobijo en las manos de las travestis del Parque Sarmiento. Las infancias entran al libro desde la figura del huérfano y se va a replicar en cada voz, en cada mirada con brillo en los ojos de lxs niñxs de estas páginas.
No existe adultez, sino infancias en pausa, dice Juan Solá. Los relatos aparecen desde la mirada desde ese espacio donde necesitamos volver para entender la raíz del dolor que atraviesa a los personajes. Esos niñxs, encerrados en un cuerpo que asfixia y habla en cada historia que este libro nos cuenta. Y Martincito (…) se imaginó así mismo con el pelo largo y un vestido que su mamá había olvidado en la huida, dice la voz del texto. El libro da cuenta también de los mandatos que las infancias han recibido durante décadas, de esa piel herida por los binarismos y padres violentos con miedo a que sus hijxs salgan “desviados”: era una mala influencia tanta mujer en la vida de un chico. Un pico y una pala tendría que haberle regalado. Nietas con abuelas, niñas con madres que no la dejan ver el mundo ni el brillo de una edad inocente, chicos buscando una novia de alquiler para disimular su deseo, son algunos destellos de la infancia que aparecen en Soy tan tonta por quererte que dan luz sobre una generación a la que quisieron silenciada.

El paisaje está presente en libro y acompaña al cuerpo de los personajes. Córdoba, el monte y la llanura hablan en el texto para mostrarnos una cartografía de la soledad y la intemperie. Mirá este desierto, hija. Cómo no se va a morir de sed la pobre difunta, dice uno de los cuentos. ¿Cómo no morir en un territorio hostil que se mete en el cuerpo? ¿Cómo sobrevivir a las voces de esta sociedad? Hay una supervivencia de los cuerpos en la escritura de quienes ponen la carne al mundo. Leemos el paisaje al mismo tiempo que surge un lenguaje poético que pone paños frío sobre las cicatrices. El sonido de las chicharras, el silencio de la oscuridad, los animales que recorren las calles. De un lado ya se puede oler la noche y del otro la luz es intensa y anaranjada, escribe Camila Sosa Villada.
En el devenir del texto, la autora irrumpe con música y Jazz. Un asterisco y una sugerencia: se recomienda ahora escuchar Lady in Satin, de principio a fin, en un cuarto, a solas. Billie Holiday y dos travas que conviven con ella en Harlem. Yo también soy una fruta extraña, dice una de ellas. Un homenaje y un reconocimiento con quien sentirse identificada. Otros cuerpos y otros tonos se suman a estas historias fragmentadas que se convierten en una sola. Una escritura consiente que dialoga con el lector y lo interpela en cada línea. Una reflexión sobre el escribir mientras se empuña la tinta en el papel. Una imposibilidad de decirlo todo, de abarcar todos las escenas: me gustaría poder escribirlo bien, poder contárselo a ustedes del mismo modo en que lo sentí yo, pero soy muy tonta, sepan disculpar. Me faltan palabras para decir lo sagrada que fue esa noche.
Un libro más de Camila Sosa Villada que atraviesa el cuerpo de quienes leemos con el corazón en la mano las historias que nos cuenta. Una escritura más que nos trae esa voz única y necesaria. Soy una tonta por quererte es un cuerpo que late y nos susurra al oído las palabras escondidas en los pliegues del alma, hundidas en el fondo de la garganta y que de a poco comienzan a salir a la superficie del paisaje.