Sionismo y genocidio: El ejército israelí desfila con un palestino herido atado a un camión militar

Por Editorial Sudestada

Sucedió en Jenin. Mujahid Raed Abbadi, de 24 años, luego de ser herido por el ejército israelí, fue atado al capot del camión militar. No dejaron que fuera auxiliado. De hecho el sionismo afirma que lo “ataron” para protección. Es decir que lo utilizaron como escudo humano. Abbadi tuvo que ser operado de urgencia, y espera otra intervención para salvar su vida. Pero esta imagen solo es una parte de lo que significa el genocidio que sufre el pueblo palestino desde hace décadas y que se profundizó desde el 7 de octubre pasado. Porque acá se manifiesta de manera explícita los abusos de Poder. La saña genocida. El desprecio por la vida humana, y las excusas para asesinar y bombardear hora a hora.

En los últimos días Israel volvió a bombardear Gaza, con un saldo de víctimas fatales que estremecen, y que suman -en solo 8 meses- a más de 38 mil palestinos asesinados. Un niño pierde la vida en Gaza cada 10 minutos. El 70% de las personas asesinadas son niños, mujeres y ancianos. En este mismo momento hay millones de desplazados que “viven” en condición de calle, y que intentan sobrevivir en refugios. Los mismos refugios que Israel apunta y bombardea, una y otra vez. Hay alrededor de 90 mil heridos. Se calcula más de 9 mil personas bajo los escombros. El hambre, la miseria, la no entrada de alimentos, de combustible, de servicios de necesidad básica -como agua y energía-, las infancias rotas, un pueblo contra el paredón en una cárcel a cielo abierto con los muros de los monstruos de la humanidad, reflejan el genocidio que los poderes mundiales intentan tapar.

Israel, con toda la protección mediática, con el nulo costo al plan de exterminio que ejecuta, sube la vara genocida. Bombardea refugios. Fusila a pibes de 10 años por la espalda. Propaga la hambruna para que a los palestinos que no lo asesinan las balas o las bombas, lo haga el hambre y la desidia.

38 mil personas asesinadas en solo 8 meses. Pero Israel, EEUU, y el mundo cómplice llaman “terroristas” a personas como Mujahid, atada al camión, herido y utilizado como “escudo” por el imperio de los armamentos bélicos.