Por Editorial Sudestada
Milei busca, junto con todos los tránsfugas que censuran y prohíben la información, el recurso de la “revictimización”. Y luego de la corrida en Lomas, de Espert rajando en moto, de Karina y Menem escudados en Corrientes, de Leila Gianni escrachada en La Matanza, y de que estos saqueadores no pueden salir a las calles sin escudos y uniformados; el cierre de campaña de LLA lo hacen en un potrero de Moreno, con calles de tierra, bolsones de escombros de construcción por todos lados, y en un lugar que no tiene las condiciones para la cantidad de gente que se prevé, y menos la cantidad que irán a hacerles sentir el costo de empobrecernos, de afanarnos la de las personas con discapacidad, de prohibir y censurar, de provocar, y llamarnos “delincuentes, “ñoquis”, “terroristas”, “vagos”, y hasta se atreven todavía a decirnos “chorros” a los laburantes del llano.
Después de Lomas, el gobierno utilizó al “Kirchnerismo violento” para atajarse del repudio de la gente de a pie, y como viene sucediendo en todos lados este escrache popular, el cierre de campaña lo realizan en el conurbano profundo, con piedras a disposición, y el intento de que “algo los salve” de los audios, la corrupción, el desmoronamiento de la estructura gubernamental, y la poca credibilidad de quienes hablaban de “casta” y “transparencia”, de “terminar con los curros del Estado”, y censuran para blindar lo que se vienen choreando Karina -hermana del presidente- el clan Menem, y una enorme lista de funcionarios a los que les tiembla el pulso por lo que pueda destaparse.
¿Se viene el autoatentado?. Milei se revictimiza, como Espert que rajó en moto después de las provocaciones para decir “la gente nos aplaudía, salvo los violentos”. El mismo que pidió “bala” para Myriam Bregman, entre miles de expresiones miserables. Y el presidente habla de “me quieren matar”, cuando tres años atrás le gatillaron en la cabeza a CFK y estos se reían diciendo “está todo armado”, “limpiando pruebas”, fomentando la violencia, y festejando un arma y el gatillo a una vicepresidenta de La Nación.
¿El gobierno busca las piedras para “limpiar” los audios? ¿Quieren ser víctimas para dejar de ser los chorros de discapacidad? ¿Están a punto de saltar con otro manotazo de ahogado, o quieren distraer el foco de lo que significa la corrupción y la censura previa de audios que todavía no conocemos pero que tienen nombre y apellido: Karina Milei?
