Se recuperó otro mensaje policial bonaerense sobre el caso de Facundo Castro. Las palabras son del día de su desaparición y decía: “Si se hace el pajero, que lo bajen”. ¿Cuántas señales más?
Por: Revista Sudestada
Según informó Telam, uno de los policías de la localidad bonaerense de Mayor Buratovich que detuvo en la ruta a Facundo Astudillo Castro el día en que fue visto con vida por última vez recibió un mensaje a su celular de parte de otro efectivo de esa jurisdicción en el que le dijo “si se hace el pajero, que lo bajen”, confirmó hoy uno de los abogados de la familia y la mamá de Facundo, Cristina. Ese mensaje fue recibido por el oficial Mario Sosa cuando se encontraba en la ruta el 30 de abril (día en que desapareció Facundo), alrededor de las 10.11 y luego de hacer una consulta a la Subestación Comunal de Buratovich.
A partir del análisis de las comunicaciones que realizó Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) de la Procuración, cuando los efectivos que estaban en la ruta consultaron a la Subestación, una oficial que se encontraba allí le mandó luego un mensaje a Sosa en el que le indicó que otro oficial pedía que le pasaran a él “los datos completos y la foto” y un segundo en el que señaló “y si se hace el pajero que lo bajen”. Mientras que Sosa, estando el móvil aún detenido en la ruta, le respondió minutos después con un “dale”.
Otra vez, un pibe de 22 años con la vida por delante se cruza con los asesinos de uniforme y ahí se termina todo. Sí, fue la Bonaerense. Sí, fue el Estado. Sí, lo mataron. Como a tantos otros pibes en los barrios. Y después siguen operando en la mentira, el encubrimiento, la pista falsas, los periodistas-cloaca que repiten sus distorsiones. Son unos miserables con armas y uniformes del Estado. Y las autoridades son responsables. Todas.
Que lo sepan: esto es un quiebre. Nunca más vamos a escuchar sus promesas políticas ni a creer más nada. Tanta impunidad. Tanta angustia para Cris, la mamá de Facundo, que se tuvo que bancar ella sola (y todavía lo hace) mentiras, pistas falsas, encubrimiento, un ministro que la llama y le dice: “Su hijo está vivo y lo vamos a encontrar”, prensa que la hostiga como las cloacas de Pablo Duggan y el felpudo policial Germán Sasso, que la llegó a acusar de vínculos con narcos. Son todos basura. Son todos responsables del asesinato de un pibe de 22 años.