Por Editorial Sudestada
¿Qué festejan estos miserables? sería la pregunta completa. Porque desde el imperio afirman que el FMI confirmó el acuerdo para endeudarnos por 20 mil millones de dólares, y todavía está sujeto a la aprobación del Directorio, y ni siquiera sabemos cuándo dinero van a enviar primero, pero sí que todo este dineral será dentro de un programa de 48 meses. Que la deuda la pagará el pueblo, como cuando el mismo Caputo -que sale en la foto del “abrazo”- se fugó los préstamos con Macri. Que nada de todo estos millones irá para el pueblo, ni para cubrir necesidades básicas, ni para aumentar jubilaciones, ni para que los salarios estén cerca de su valor real, ni para hospitales, escuelas, salitas de emergencia, asistencia en los barrios, porque para todo eso está el Estado, y sabemos qué piensa Milei -siendo presidente- de la lógica Estado-empresa, saqueo-empobrecimiento.
El gobierno, en un momento crítico, festeja una bomba de humo, para que el dólar no vuele, para financiar la campaña que se viene, para “tranquilizar” a los mercados, y para seguir pateando la pelota para adelante mientras el hambre abunda, la crisis económica se profundiza, los despedidos aumentan, las persianas bajan, los jubilados son condenados a la miseria, y no hay ni siquiera un atisbo de una medida que indique que a los ciudadanos de a pie nos podría mejorar la vida. Ni por estos miles de millones de dólares, ni por una sola ejecución del gobierno nacional.
Esta imagen es el espejo del humo, de una gestión que manipula números, que retoca balances, con promesas grotescas, con proyecciones absurdas a 30 años, aprovechándose del quiebre cultural, de la conciencia rota, y con la pata del FMI otra vez en Argentina, con un resultado previsible y de condena nacional.
¿Qué festejan? Quizás la impunidad de no tener costo, como Caputo que entra a robar otra vez a la misma casa, y en vez de “llamar a la policía”, o rajarlo, lo saludan y lo abrazan.
