Por Editorial Sudestada
Miguel Ángel Schiavone se llama este “dinosaurio” académico, que invitado por La Libertad Avanza y en el contexto del Día del niño por nacer, largó una exposición a la altura del bloque que le dio el uso de la palabra. A la altura del grotesco que nos gobierna, y de otro discurso que cuesta analizar. Porque Schiavone primero habla desde su ombliguismo clasista y cheto, para afirmar que las parejas “necesitan primero tener el departamento, después el viaje a Europa y después a algún exótico, y llegan a los 50 y se dan cuenta que necesitan tener un hijo”. Imaginemos a quién le habla, de quiénes habla, y cuál es su horizonte acotado y servido en las vereditas de Puerto Madero, Recoleta, y Countrys sellados.
El Rector de la UCA, luego de semejante argumento, continuó. Y ahí apuntó contra las mujeres. Porque para él, la inserción laboral de las mujeres no es un éxito sino un fracaso, y afirma que es igual que con el deporte. Y habla de la venta de botines, de las mujeres laburando todos los días, como si las que se ocupan de la casa y de los hijos no trabajaran, como si eso no fuera un laburo, como si hubiéramos retrocedido décadas y siglos.
Esto se expuso en el Congreso de La Nación en 2025. Esto sostiene el rector de la UCA, con la canchereada de creer que está enseñando algo, o que descubrió lo que nadie, y encima habla del “negocio”, y como una obviedad de este sector, de los derechos ni palabra.
Sabemos que costará volver de semejante retroceso cultural, político, económico, social, y de todos los ámbitos. Porque los dinosaurios todavía caminan, tienen voz hasta en el Congreso y en La Rosada, y la batalla cultural se ha convertido en una guerra misógina, racista, y de un clasismo tan rancio como el rector de la UCA. El que habla de esta manera, y se alínea al pensamiento de todo el gobierno nacional, que ahora tantea ir contra el aborto legal y gratuito.