Otro “ahorcado” en una comisaría de La Matanza

Sucedió el domingo a la noche. Mauricio Castillo, un albañil, caminaba tranquilo cuando fue interceptado por efectivos de la policía bonaerense. Lo detuvieron y lo llevaron a la comisaría distrital N° 2 de La Matanza. La policía argumenta que buscaban a alguien por un presunto robo en el barrio Santos Vega, y que se “equivocaron” de persona. Este hombre de 41 años no tenía nada que ver. Y Mauricio Castillo lamentablemente se suma a la lista de víctimas de las fuerzas represivas. Lo “encontraron” ahorcado en la comisaría, en la misma en la que se vio por última vez a Luciano Arruga.

Por Editorial Sudestada

Otra vez un muerto en la comisaría. Una vez más nos quieren hacer creer que alguien que es detenido injustamente se suicida dentro de un calabozo. Como el hecho ocurrió en el interior de la sede de la Policía Bonaerense, se le dio intervención a Claudio Fornaro, fiscal especializado en violencia institucional. Los resultados preliminares de la autopsia determinaron que Castillo falleció por una asfixia por ahorcamientoEL informe completo estará disponible para este jueves.

Las mismas metodologías, el mismo manual, las complicidades y los escudos de impunidad que se mantienen. Y el mismo patrón de elegir víctimas: morochos, trabajadorxs, pibxs de barrio, con visera, villeros. Así operan. Te cruzan un patrullero, te suben sin delito alguno, te muelen a palos, y con suerte salís de ese calabozo sin la mínima intención de decir algo. Pero muchxs pibxs no la cuentan más. Luciano Arruga se negó a robar para la policía y lo hicieron desaparecer. En esta comisaría, en la que hoy “aparece” ahorcado Mauricio Castillo, fue la última vez que se lo vio a Luciano, un pibe de 15 años arrinconado por el poder de la bonaerense, la mafia delictiva, y los asesinos de chapa y uniforme. 
Vanesa Orieta, hermana de Luciano, escribió ayer en sus redes sociales: “Cansa decir siempre lo mismo, y agota, también, tener razón. En términos de analizar la represión estatal somos campeones del mundo, no le pifiamos nunca. Aunque, es cierto, nos la hacen fácil: el Estado resuelve todo pegándole a los morochos, pobres y jóvenes. Nos encantaría no tener que escribir más este tipo de comunicados. Pero no va a pasar, porque la yuta va a seguir matando. Pero lo que también va a seguir existiendo es la organización colectiva que ya, a minutos de conocerse el crimen de Mauricio, estaba acompañando a su familia. Por más que nos caguen a tiros, vamos a seguir estando. Pidiendo justicia. En la calle. Como siempre. Ardiendo.
Justicia por Mauricio.
Fuera la policía de nuestros barrios.
Espinoza, Berni y Kicillof, responsables.
Todos los gobiernos  torturan, matan y desaparecen. En dictadura. Y en democracia.”


Los familiares y amigos de Mauricio Castillo organizaron una movilización a la comisaría y seguirán reclamando justicia por Mauricio y por todxs lxs pibxs que asesina la bonaerense; el terror de los barrios.