Nos (hace) falta Julio López

Por estas horas se cumple otro año más de su desaparición. En su caso, la segunda desaparición, aquella que sigue marcada por los colores de la sombra, por ese destacamento de miserables que, con uniformes o sin ellos, sembraron el terror en nuestro país y aniquilaron a una generación rebelde. Esa generación que hoy nos hace tanta falta… Duele repetir los mismos argumentos: cómo es posible que casos como los de Julio López, Santiago Maldonado, Facundo Castro o tantos otros y otras, se repitan sin que el Estado rinda cuentas. Cómo es posible que, tantos años después, nada se sepa de su destino. Cómo es posible que sigan hablando de candidaturas, de roscas electorales, de pases de factura, cuando nos faltan compañeros como Julio, como Santiago, como Facu, como tantos otros. De qué democracia nos hablan los mercenarios del micrófono cuando las fuerzas de seguridad reprimen y asesinan… Por todas esas razones, para seguir ejercitando el musculo de la memoria colectiva, no nos olvidemos de ellos, de los que tanto nos hacen falta. Que el Estado argentino responda de una vez por todas: ¿Dónde está Julio López?