Por Zule Esnal
Están robando bebés, igual que en dictadura.
En diciembre del 2023, la trabajadora de la Defensoría de Niños y Adolescentes de Misiones, Rosana Franco, se contacta con Patricia Méndez, de manera completamente informal, simplemente porque la conocía de vista, y le cuenta que hay una beba prematura internada en el Hospital Materno Neonatal de Posadas, que necesita un hogar que pueda recibirla por un tiempo máximo de cuatro meses, porque su situación de vulnerabilidad hace que no pueda estar en un hogar de niños.
Agregó: “no hay familia biológica”.
¿Y la mamá? Preguntó Patricia.
No hay mamá.
Sí hay.
Al momento del parto, la mamá estaba en situación de calle, con tuberculosis, sífilis, desnutrición, y un embarazo de gemelos.
La beba nació viva, su hermana nació muerta.
A la madre le entregaron la beba muerta.
La viva, nunca.
Patricia no estaba pensando en adoptar, acepta la guarda transitoria por la situación de la beba. Estos cuatro meses se convirtieron en un año. Nadie se comunicó, nadie hizo ningún tipo de estudio, jamás fueron a retirar la beba o preguntar cómo estaba. Lo único que le pidieron al momento de entregársela a Patricia es que se anotara en el programa de acogida para que esta guarda que se hizo de manera irregular, parezca legal. Patricia se negó.
“Nos dejaron solos, no tenemos asesoramiento, no tenemos contención”.
A los ocho meses sin noticias del juzgado ni de Rosana Franco, Patricia solicita el expediente. Ocho meses criando a una beba sin saber si van a venir de un día a otro para sacártela. Todos los meses renovando el permiso de guarda transitoria. Finalmente Patricia solicitó la guarda definitiva y ahí es cuando comienzan a violentarla, acusarla, a rechazar su pedido una y otra vez. La trataron como a una criminal, como si no hubieran sido ellos los que la contactaron. Nadie la recibió. Le negaron todos los pedidos de audiencia y cuando finalmente el juez Roberto Frank se dignó a recibirla, fue para decirle : “Ustedes para la ley no son nada”.
El viernes pasado salió su caso en los medios locales .En un programa de televisión , Patricia cuenta toda esta situación desde el principio y respecto a la madre biológica, informa que estaba en situación de calle, que tenía tuberculosis, sífilis y demás, y que no tenía contacto con su familia. Esto hace que la abuela, biológica de la beba, reconozca que estaban hablando de su hija, a quien no veía hacía meses.
La abuela no tenía la menor idea de la existencia de una nieta, porque la descartaron desde el minuto uno. No se comunicaron con ningún miembro de la familia de la mamá biológica de esta nena. La abuela contacta a Patricia. Ambas piden que se detenga el proceso de adopción y reclaman la beba. El juez las rechaza.
Quienes están a cargo de impartir justicia y de velar por el pueblo le gritaron a Patricia que firmara los papeles de finalización de guarda.
“Mi hija no es una cosa, duerme conmigo, no me la quiten, ya dice mamá”
Hoy se la arrancaron de los brazos. A la abuela la sacaron empujones.
“ Zule, la rodeó la policía. Los adoptantes son una pareja que piensa llevarse a la beba a Puerto Rico. Nadie sabe cómo consiguieron adoptar tan rápidamente . Patricia gritaba a los apropiadores, eso son,, “¿cómo pueden llevarse a una bebé que está siendo robada, cómo podés negarle su identidad?
Gritaron, lloraron, reclamaron la justicia y la sacaron a patadas.