Luego del saludo nazi de Elon Musk, “alienado” por el trifundo de Trump, y mostrando la verdadera faceta que intenta esconder la ultra derecha mundial, el presidente salió a defenderlo con un mensaje fascista para decir que Musk “no es fascista”, para en un par de líneas contradecirte tanto, que habla de libertad, insulta, amenaza con perseecuciones, y repite -otra vez- una violencia discursiva, de las peores de toda la historia argentina.
Por Editorial Sudestada
Porque Milei es fascista, y no lo dice. Milei es autoritario y habla de “libertad”. Milei es casta de la casta, pero habla de “algo nuevo”. Milei es un peligro para todos los pueblos. Porque sabemos -porque conocemos la historia- que si esto no frena, si la reacción no sucede, si “el paso a paso” de este fascismo disfrazado de “democracia”, “liberalismo”, y “la nueva política” -con los integrantes de la más recalcitrante como represores, menemistas y gestores del 2001- no es cortado de raíz, la realidad peligra. Porque defienden a dictadores, reivindican la sangre compañera, se ríen de las persecuciones y las fomentan, reprimen a más no poder, amenazan a diario, y nada sucede.
¿A cuánto estamos de comprender realmente lo que significa que el presidente de un país -en este caso el nuestro- lance estos comunicados? ¿Qué nos puede sorprender luego de que sucedan persecuciones, asesinatos, abusos de poder, y que “por zurdo” cualquier roto de esta falsa “libertad” pueda cometer una locura? ¿Estamos entendiendo que Milei es un presidente y no un panelista odioso, que toma decisiones, que firma decretos, y que con dos botones y la complicidad de la clase política, nos puede condenar el futuro cercano y lejano en un abrir y cerrar de ojos?
Esto es violencia, como también -entre tanto- lo es el hambre, la desigualdad social, secuestrar alimentos, defender abusadores, cerrar direcciones de hospitales, dejar a pacientes sin asistencia, a jubilados sin medicamentos, desmantelar al Estado como benefactor social y aumentar el bolsillo empresarial.
Violencia, es esto. Violencia, es Milei…
