Mercedes Sosa, una hélice del ADN nacional

Cantora del pueblo obrero, de lxs invisibles , de  las mujeres acalladas y lxs hijxs de la tierra. Un repiquetear de palillos sobre un bombo legüero da la espera su voz inconfundible que hacía propia cada canción. Mercedes Sosa, La Negra, marcó un antes y un después en la historia de la música popular de América Latina.

Por Celeste Almada

El 9 de julio de 1935 nació en San Miguel de Tucumán,  Haydée Mercedes Sosa: la cantora de la patria. Oriunda de una familia muy humilde y de un amor férreo por su tierra.
A los quince años comenzó a dar sus primeros pasos como artista. Una década después, estaba comprometida con el canto popular como integrante del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza. Entre los artistas fundadores de esta corriente, se encontraban Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus y Tito Francia entre otrxs. 
Junto a su pareja Manuel Oscar Matus, participaron en diferentes escenarios, con el tiempo empiezan a marcar un sello y Matus fue quien editó  el primer disco de Mercedes titulado: Canciones con fundamento. 
En el verano de  1965 se le abrió la puerta a la audiencia de todo el país ya que se presentó en conjunto al cantor Jorge Cafrune en el Festival Nacional del Folclore de Cosquín. 
El Festival de Cosquín es el que le da la masividad, siendo la cuna del folclore nacional, donde grandes artistas comenzaron a dar sus primeros pasos. Entre chacareras y zambas que regalaban a los presentes la posibilidad de bailar estén en el rincón del país que se encuentren. Tan simple cómo correr a la mesa y ponerse a bailar. 

El folclore argentino tiene en sus raíces la libertad del pueblo, la historia del verdadero gen nacional de los gauchos y los pueblos originarios. Los invisibles que no tenían linaje pero que desde infinitas expresiones culturales construyeron las bases de la cultura popular argentina.
El hecho de que ella se encuentre entre una de las referentes de este género no es una casualidad, porque su propia historia está interpelada por  lo que significa el ritmo de bombo legüero y la guitarra criolla.
En marzo de 1966 se conoció el nuevo material de la Negra Sosa,  llamado Yo no canto por cantar , con una docena de canciones que quedaron en la memoria colectiva: Canción del derrumbe indio, Canción para mi América, Chayita del vidalero, Los inundados, Zamba para no morir, Tonada de Manuel Rodríguez y Zamba al zafrero.
En los años crudos de la Argentina, Mercedes seguía cantándole a la vida. En 1979  fue detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido al concierto. Ella no tenía ninguna causa judicial, podía entrar y salir del país pero tenía prohibido cantar.  Los genocidas que gobernaban consideraban peligrosa su música.  Ese mismo año se exilió  a París y en 1980 se erradicó en la ciudad de Madrid.
Regresó al país en febrero de 1982, arrasando con decenas de localidades agotadas. Su pueblo la necesitaba y ella, una mujer comprometida, puso su voz al servicio de la lucha de los pueblos en un profundo grito de libertad. 
En marzo  y junio de 2009 sale a la luz Cantora vol I y vol II acompañándola  una decena de figuras de la escena nacional e internacional: Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Paez, Gustavo Cerati, María Graña, Victor Heredia, Ismael Serrano, Caetano Veloso, Teresa Parodi entre otrxs, e hicieron -tal vez sin saber- el mejor disco de la década y el último de Mercedes.  Versiones extraordinarias, que invitan a ser escuchadas en un loop constante, regalando la magia más infinita que puede regalar la música. El 4 de Octubre de ese mismo año, la Negra querida se nos fue de gira eterna. Quedando para siempre en el corazón del pueblo. 

La Negra, esa mujer comprometida con la lucha del pueblo, terminó siendo un emblema nacional.  Hay muchos momentos que quedarán en la retina de lxs argentinxs, como cuando en el Cosquín de 1997 compartió el escenario con Charly García, haciendo una versión del Himno Nacional Argentino de manera superlativa. 
Mercedes, con la dulzura y potencia de su voz, en la melodía se transformó en una prócer, en una indiscutida de la cultura y en una mujer amada por el pueblo argentino.
No es azarosa su fecha de natalicio, quién puede negar que Mercedes Sosa es parte de nuestro ADN nacional.