Los extraños fundamentos del ex presidente para subirse a La Libertad Avanza
El patrón, el “dueño” de un partido político que cuando lo corrió a un costado, le devolvió “la gentileza” destruyéndolo. El mismo que se creyó “dueño” del club de la ribera, y luego de un país, hoy pretende adueñarse del futuro. No sorprende que Macri se suba a cualquier caballo que hable de “cambio”, que defienda al séquito empresarial, que prometa opresión y “libertad de mercado”, pero sí -al menos- llaman la atención sus fundamentos. “Me lo pidió Antonia”, sostuvo ya como un latiguillo cuando no sabe qué responder, exponiendo a su hija, y cargándole un peso enorme. Ahora frente a su amigo operador, Jorge Lanata -el militante macrista más certero de las elecciones 2015, pero que ahora le dice “no” a Milei- Mauricio explica el concepto de “la incógnita” como algo positivo. “No creo que esta discusión sea Milei sí Milei no. Es cambio sí o cambio no. Es Massa sí o Massa no. Milei es una incógnita, no gobernó, no mintió, no robó. No sabemos lo que va a hacer”, afirmó Macri para que del otro lado reflexionemos mucho, incluso para comprender cómo tuvimos a este hombre de presidente cuatro años.
A Macri no le importan las ideas, los proyectos, los planes de gobierno, ni se gasta en repasar una sola línea de lo que el partido que encabeza Milei podría realizar, o sí pero no lo dice. Lo que le importa al empresario, hijo de una familia que se enriqueció a costa del Estado y del empobrecimiento del pueblo, es el cambio, lo “desconocido” como si la política argentina fuera una ruleta rusa, ser “dueño” de todo, afilarse detrás del fascismo pero con el cartel de “patrón”, y encabezar la gesta “anticasta” con la casta más recalcitrante de todas: la saqueadora y la que promueve o ejecuta el desguace del Estado.
“Milei presidente, Macri al poder”, podría ser el lema de una campaña distinta, contradictoria a la de una semana atrás, y con la ultraderecha unida por el “cambio”.