Los ojos de Santiago

Por Editorial Sudestada

Hoy Santiago Maldonado cumpliría 35 años

Acá estamos, mirando tus ojos otra vez. Desde la tapa de nuestra revista o abajo de alguna bandera. Desde el graffiti en la calle o desde el flyer coloreado con la máquina. En los ojos cansados de tu hermano Sergio o en los recuerdos divertidos de tus amigos. Nos cuesta mantener la mirada, es verdad. Será que no estamos a la altura, será que este país sigue en manos de los Benetton, de los gendarmes y los represores con uniforme y esos otros, los uniformados con un micrófono. Será que hoy nos gana la tristeza y no sabemos cómo hay que hacer para pelear contra los que encubrieron, que mintieron, que se burlaron de todos nosotros. Será por eso, entonces, que nos cuesta mirarte a los ojos otra vez. Será que cuando consigamos un pedacito de justicia, un pedacito de dignidad, cuando nos sumemos todos a buscar a Facundo Castro, cuando respaldemos la pelea de los mapuches por sus tierras, cuando los pibes y las pibas tengan un plato de comida en la mesa todos los días, cuando los trabajadores no se resignen a ser explotados, cuando saquemos a patadas a esa runfla de asesinos de uniforme y a quienes los protegen, podremos buscar tus ojos de nuevo y mirarlos sin tanta desolación.

Santiago, tus ojos son bandera. Mejor dicho, tus ojos son un tatuaje acá, del lado de adentro de todos nosotros.