El sábado 23 de noviembre, en la Fábrica recuperada IMPA, se llevará a cabo un Congreso y a las 19hs un Festival por los 20 años de los Bachilleratos Populares. Con la presencia de artistas, referentes de la Cultura y luchadores sociales, se realizará este evento en medio de un contexto político y social donde resulta urgente y necesario volver a tejer redes y construir desde lo colectivo. Desde Editorial Sudestada, dialogamos con mujeres docentes y referentas de diferentes puntos de la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal para que nos cuenten sobre la historia de la organización y el trabajo que llevan adelante en este presente.
Tenemos derecho y deber de cambiar
el mundo. Lo que no es posible es pensar
en transformar el mundo, sin un sueño,
sin utopía y sin proyecto.
Paulo Freire
Belén Tanús: Soy profesora del Bachillerato Popular IMPA. Ingresé en el año 2019 y soy parte de la coordinación del espacio que se abrió en el año 2004. Funcionamos dentro de IMPA, Industria Metalplástica Argentina, una fábrica muy emblemática con respecto a la industria nacional, muy vinculada a la historia del peronismo, en la cual se fabricaron, por ejemplo, juguetes de la Fundación Evita y las bicicletas Ñandú. Nació en un contexto post-2001. La salida claramente se veía por los movimientos sociales, por las asambleas barriales, por los movimientos populares, el movimiento de desocupados.
Las recuperadas fueron parte de intentar devolverle a la comunidad los lazos de solidaridad, de apoyo, de involucramiento que había tenido, que buscan estos espacios de educación y culturales.
Ser educadores populares es un trabajo complejo porque dentro de los bachilleratos populares nuestros estudiantes están pasando por un momento de enorme vulneración de derechos. Algunos tienen problemas para acercarse, para venir, para viajar. Nos faltan muchas cosas. No tenemos un sistema que otorgue el gobierno de la Ciudad de Buenos Aire de ningún beneficio. La Sube para los chicos y para las chicas por ejemplo. Claramente viven en un mundo que les muestra que lo que garpa es el individualismo, que cada uno haga la suya, ganar guita y nosotros estamos en las antípodas de todo eso. Igualmente en nuestra construcción lo intentamos y la verdad que da frutos. Vemos cómo terminan apropiándose del espacio. IMPA es muchas veces su referencia.

Nosotros buscamos los valores del cooperativismo, el trabajar juntos, el poder estar relacionados desde lugares de no solamente solidaridad, sino desde la militancia Y los bachis no son un espacio en el que vas, das tu materia y te vas como en una escuela común, sino hay que poner muchísimo el cuerpo. Hay que estar presente. Por eso es muy importante para nosotros, en este momento, estar festejando los 20 años y seguir sosteniendo un espacio de Educación popular, pese a los embates, pese a los piedrazos, pese a los intentos de avanzar contra nosotros y avanzar contra nuestras ideas. Nosotros estamos de pie. Estamos festejando.
Andrea Zilbersztain: Festejar los 20 años de los bachilleratos populares implica recuperar una historia de luchas, de resistencias, una historia de construcción colectiva, de un proyecto político-pedagógico que buscaba en sus inicios, y sigue buscando, los procesos de transformación, los procesos de movilización y transformación de la clase trabajadora. Es un proyecto que desde sus raíces busca generar y construir otra educación que alternativice a la educación pública en general, es decir que interpele al Estado en su lógica de construcción educativa y que interpele al Estado en términos de que el Estado pueda reconocer las experiencias de Educación popular autogestionadas por las organizaciones sociales.
Creemos que esa lucha nos sirve ya como un acumulado histórico de lo que va haciendo este proyecto educativo y recuperar la historia de los bachilleratos populares y de nuestros bachilleratos populares, nos permite también revisar, reconstruir y poder pensar alternativas ancladas en las realidades de hoy, realidades tan difíciles y realidades ligadas a gobiernos de extrema derecha y fascistas
Hoy celebramos también la lucha sostenida del colectivo de docentes de estos espacios que desde un inicio creyeron en este proyecto y lo hemos sostenido defendiendo siempre nuestras ideas y nuestra perspectiva emancipatoria de educación popular.
Los bachilleratos populares surgen al calor de un contexto de fines de los noventa y principios de los 2000, ligado a una crisis económica, política y social muy grande, una crisis del capital, que implicó y que trajo como consecuencia la aparición en la escena pública de los movimientos y organizaciones sociales, es decir, movimientos sociales disputando poder en términos de construir nuevas relaciones sociales distintas a las que propone el capitalismo. En ese marco, los bachilleratos populares también surgen asociados a todo el movimiento obrero en relación a la recuperación de fábricas. También surgen asociados a la idea de poder crear otra educación y también en el marco del protagonismo de la clase obrera y de los movimientos sociales y populares en la escena pública.
Es posible generar otras lógicas escolares distintas a las tradicionales y a lo largo de los años los bachilleratos siguen teniendo sentido y vigencia en términos de poder generar espacios de formación, de formación política y de construcción de otras formas escolares para los sectores populares.
Los educadores y las educadoras populares seguimos reflexionando sobre nuestro proyecto político-pedagógico permanentemente y desde una lógica colectiva asamblearia. Tomamos decisiones sobre nuestros espacios educativos, vamos pensándolos en la coyuntura en donde se van desarrollando y vamos debatiendo distintas perspectivas que necesitamos o que tomamos la decisión colectiva de asumir.

Jorgelina López: Soy profe del Bachillerato Popular Berta Cáceres, ubicado en el barrio Chacarita, en la ciudad de Buenos Aires. Estar festejando 20 años de construcción y lucha de los bachilleratos populares es un triunfo y un desafío. Un triunfo porque en estos 20 años, en los que nuestro país fue teniendo diversas crisis sociales, políticas y económicas, hemos garantizado el derecho a la educación a cientos de estudiantes proponiendo una alternativa a la educación tradicional. Proponiendo alternativas de construcción colectivas junto a los estudiantes en una coyuntura en la que los modelos propuestos son en la dirección opuesta a partir de los cuales se promueve el individualismo y la estigmatización de las construcciones colectivas. Y a pesar de todos esos embates, sobrevivimos.
Es un desafío porque en esta misma coyuntura, y principalmente con la ultraderecha gobernando, sostener estos espacios requiere de un esfuerzo y un compromiso conjunto aún mayor en el que nos atraviesa el ajuste y donde debemos resistir la estigmatización sobre los proyectos cooperativos.
Desde la Educación popular nos situamos permanentemente en nuestras prácticas, en el contexto en el que nos encontramos. Por eso lo traigo nuevamente y por eso todo el tiempo lo llevamos a las aulas. Y en eso anda nuestro laburo y es el laburo en el que estuvimos a lo largo de estos años: el de construir a partir de la realidad, de profes y estudiantes, con todo lo que eso implica.
Soy parte de la Comisión de Feminismos, Géneros y Diversidades y a partir de esta nos damos un trabajo con mis compañeras con el objetivo de interpelarnos como organización desde los feminismos populares. Pero sobre todo en el BERTA, bachi en el que estoy, como comenté anteriormente, tenemos varios desafíos. Uno que es, como en otros bachilleratos, es lograr el reconocimiento, ya que si bien los y las estudiantes tienen su título otorgado por otros bachis, la negación de parte del Estado en reconocer estas experiencias en las que hacemos prácticas en el bachillerato popular Berta Cáceres, repercuten en nuestras condiciones laborales, ya que hace años que estamos sin salarios y sin las condiciones materiales necesarias. Eso es un gran desafío y es la tarea que cada año nos damos como bachillerato dentro de CEIP histórica.

Rosa Flores: Soy educadora popular, docente de letras, feminista, mujer migrante y actualmente formo parte de la coordinación del Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultes IMPA. Los bachi populares son una experiencia, podemos decir, inédita en Argentina a partir del año 2004 y su irrupción desde la lucha contra el neoliberalismo de las y los trabajadores que ocuparon las fábricas para mantener sus empleos y que a partir de esas experiencias de lucha se piensa en que estos espacios de resistencia, como son las fábricas recuperadas, además sean ocupados para procesos de Educación y de Cultura, sobre todo de los que menos tienen. La propuesta de los bachilleratos propone una educación donde la dimensión política no se oculta, más bien se visibiliza, donde abrazamos una concepción de las pedagogías de los oprimidos de Pablo Freire, en la que son los sujetos, a partir de sus propias prácticas, de sus propias realidades, crean conocimientos desde lo colectivo y la autogestión
En este camino transitado, los bachilleratos hemos sido parte también de las luchas del pueblo, desde los embates del neoliberalismo, de las luchas feministas de las mujeres y disidencias por existir, por ser nombradas, por vivir sin violencias y en ese camino, tanto estudiantes como profes, nos vamos formando también y aprendemos en colectivo.
Contamos con uno de los espacios – la Escuela de Formación de Formadores Dora Barrancos- que en sus inicios fue presencial, pero a partir de la pandemia fue dándose virtual, y tuvo un alcance con otros colectivos de Latinoamérica y el Caribe. En esta escuela se problematizan temáticas como la educación popular, movimientos sociales, feminismos, la ESI, el extractivismo, la salud comunitaria y esto resulta interesante porque se amplía la mirada, una mirada más integral de estas problemáticas que atraviesan al continente. También somos parte de CLACSO y grupos de trabajo en temas educativos, en temas de interculturalidad, movimientos sociales y siempre fomentamos los diálogos dentro de los bachilleratos, dentro de la organización, como también con una proyección a la comunidad.
Las compañeras de los bachilleratos nos reunimos para reflexionar, debatir, proponer acciones, actividades con temáticas de género, tanto a nivel de nuestra pedagogía como también en cuestiones de convivencia. Es así que nos hemos posicionado dentro de los feminismos populares que tengan en cuenta las realidades de nuestras estudiantes, es decir, que sea un feminismo interseccional crítico y a partir de ahí proponer también una pedagogía, una educación popular feminista. Estos son espacios que debemos cuidar y desde los cuales podemos dar la batalla política y ser parte también de la construcción de un mundo mejor.

Betina Guevara: Doy clases en IMPA. También estuve en el Berta Cáceres hasta hace muy poquito. Sigo colaborando ahora. Soy politóloga. Para mí es un orgullo poder ser parte de la CEIPH, ser parte de la trayectoria, ser algún mojón en todo este recorrido de mis compañeros y compañeras. Ser parte del recorrido me parece enorme, celebratorio, importante, trascendente. Sí, son todas palabras que suenan a hipérbole, pero me parece que son esas palabras que es preciso recrear en este momento histórico, a nivel global y a nivel local, nacional, local y nacional. Reivindicar lo urgente de la educación popular, revalorizar lo necesario, lo prioritario, lo preciso de trabajar en las aulas y de trabajar en las calles y de trabajar en la lucha por una educación inclusiva en todo el sentido completo y complejo de la palabra.
Ser parte de una educación que tiene como horizonte la emancipación, reconocerse en los compañeros y compañeras. Ser un eslabón más de una cadena de esfuerzos cotidianos y de sostenes cotidianos. De una cadena y más diría, es más acertado pensar en nosotros como una red, una red de sostén entre nosotros para poder dar lo mejor cada día. Para mí es un orgullo ser parte de este festejo. Es un orgullo pertenecer al grupo humano al que pertenezco.
Sin romantizar la tarea, el laburo que hacemos es estar ahí donde no suele estar, donde no suele estar la mirada que debería. Es aprender a hacer aulas, es aprender a hacer escuelas, es aprender de nuestros estudiantes día a día, es correrse del centro como educador, como docente. Es aprender a ajustar cada día. Yo suelo decir que tenemos un “menú a la carta en las aulas” y así es. Es, aunque parezca que no, en medio de la desmesura, de lo que desborda, de la verborragia, de los silencios, de los enojos, de la alegría, del no tener laburo, del tener demasiado trabajo, de todas las realidades, las múltiples realidades de nuestros estudiantes, nuestras estudiantes, de nosotros mismos, es superar todo eso y aún así seguir buscando, seguir preguntándose por una siempre nueva forma de hacer escuela, de hacer aula, de mejorar la tarea, de ser suficiente y más para eso que necesitan nuestros estudiantes a la hora de tener un espacio no solo de aprendizaje teórico, sino de contención, de abrazo, de sostén. Es trabajar sin la mirada del Estado desde un lugar de recursos, por eso decía lo de romantizar, hacemos muchísimo con casi nada de recursos materiales. Somos idealistas y también somos una cooperativa de educadores y también somos a veces docentes un poco convencionales y otras veces somos los que pateamos el tablero y así andamos.
Somos la oportunidad y la caprichosa certeza y el coraje de generar un espacio y un lugar para muchos y muchas que la crueldad de esta vida y de este sistema y de esta sociedad.

Noelia Requena. Soy Profe de dos Bachilleratos Populares, Arbolito en Coronel Vidal y Nuevo Amanecer en Mar del Plata. Al Bachi Arbolito le pusimos así por el nombre originario del pueblo, en homenaje a Nicasio Maciel y la resistencia Ranquel. Empezamos en el club Arbolito, recuperado en 2013 antes de lo que lo vendan, y ahora estamos en la Biblioteca Freije. El primer año participamos mucho en el club y en la lucha contra las fumigaciones con agroquímicos tóxicos, hicimos huerta orgánica, trajimos bolsones de verdura agroecológica y articulamos con organizaciones locales y la UTT. El Trabajo Final del Taller de Arte hace unos años fue un mural denunciando las fumigaciones. La ESI fue y es un tema en el pueblo, en nuestros Bachis es una materia y se generaban tensiones, vivimos situaciones dolorosas. Muchos estudiantes recuerdan esos momentos y nos cuentan sus cambios de perspectiva y en el día a día. Este año egresa el tercer grupo y nos vamos a festejar a IMPA.
Nuevo Amanecer es una fábrica recuperada en la Ciudad de Mar de Plata hace 10 años. Empezamos con más de 15 socios y socias de la cooperativa que no habían terminado la secundaria y aprendimos mucho de cooperativismo porque mientras dábamos la materia, los trabajadores que estuvieron en la recuperación nos contaban cómo hacían cada cosa, es decir, cómo funcionaba en la práctica. Fue un aprendizaje mutuo: teoría práctica, práctica teoría. Hace muy poco estuvimos acompañando la lucha en defensa de la Educación Pública en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en clases públicas. Los estudiantes pudieron escuchar, intercambiar experiencias y charlar sobre qué estudiar el año que viene.
Este año egresa el primer grupo y estamos planificando el acto de fin de año, el festejo del grupo, después del viaje el 23 a IMPA.
Llegar al bachi es poner la pava, charlar primero un poco. Es para muchos estudiantes un lugar de contención.
Yo enseño ciencia, particularmente matemática, pero también química y física. Intento siempre enseñar estas materias desde lo cotidiano, desde lo que todos sabemos, con conocimientos que los estudiantes traen y sumando el conocimiento científico, pensando y aplicando técnicas y métodos entre todos.
La orientación de los Bachilleratos es en cooperativismo, nos autogestionamos, decidimos en asambleas y asumimos responsabilidades por comisión. Tenemos asambleas de profes y de profes con estudiantes. Los estudiantes son partícipes y responsables de su propia educación. En los bachis ponemos el alma y el cuerpo. Son muchas las razones por las que estamos, la principal es que realmente todas las personas puedan estudiar en el contexto de desigualdades extremas que vivimos. Podría decir también que estamos enseñando, pero es más lo que aprendemos. Los estudiantes son adultos, la mayoría realmente quiere hacer la secundaria, para ellos representa algo importante, antes no pudieron. Muchas veces es un objetivo de vida, a veces algo que les quedó pendiente y quieren terminar, quieren recibirse para poder seguir estudiando, para poder cobrar mejor en el trabajo o para conseguir un trabajo mejor, quieren dar el ejemplo a sus hijos y poder ayudarlos a estudiar.

Soledad Boggi: Soy educadora popular en formación en el Bachillerato Popular Norita Cortiñas, de la Ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, y soy parte de la CEIPH desde el año 2021. En el contexto actual, donde lo que impera es la deshumanización, la negación de las otredades, la desvalorización de las redes, de las luchas colectivas, las violencias materiales, y simbólicas como políticas de Estado, festejar es una decisión y un posicionamiento político.
Mantener la esperanza es un hecho político potente, revolucionario, contrahegemónico, pero una esperanza activa, que construya, que irrumpa en la realidad, que la modifique, incesante, desde abajo y en redes. Para nosotras, festejar los 20 años de los bachis populares en esta coyuntura es reforzar ese posicionamiento, es un grito de lucha, es un acá estamos, acá estuvimos antes y acá seguiremos, pero con alegría, porque las educaciones populares construyen desde la alegría, desde la celebración, desde la ternura.
Nuestras pedagogías son las pedagogías de la ternura y de la esperanza. La historia en nuestro país nos deja una y otra vez en estos escenarios, y los bachis nacimos en la luz de la resistencia en momentos coyunturalmente similares a este. Hoy, con el agravante de que los derechos más elementales se ponen en cuestión, están en riesgo, se discuten, se instala un sentido común que niega la posibilidad de existir a las otredades que alimenta posiciones individualistas, misóginas, racistas, patriarcales, homofóbicas, cipayas, lesbo y transodiantes. Frente a eso nosotros proponemos seguir sosteniendo y construyendo con y desde desde abajo saberes prácticas y sentidos comunes que disputen a estas lógicas del odio con amor y con un orgullo militante enorme de pertenecer a esta orga que construye educaciones populares en territorio, que construye redes de formación en toda latinoamérica y que además festeja y se celebra como acto político y revolucionario.
El Norita está emplazado en un barrio popular de la ciudad de Azul, en el barrio Villa Piazza, que es una barriada de trabajadores que como muchas barriadas de la provincia de Buenos Aires está atravesada por infinitas vulneraciones, materiales, por escasez, por carencia, por la pobreza, por la falta de una comodidad material que es injusta y duele, pero que está totalmente afianzada, a su vez, en una construcción comunitaria, en una red comunitaria muy fuerte y de mucha resistencia.
El laburo en los bachis como educadores y educadoras populares es un laburo militante, no sólo pedagógico, es un laburo militante político. En los bachis se pone a circular la palabra, se afina, la escucha, se construye conocimiento, se discuten, se enseña, se aprende, se construyen redes, se sostiene la vida en general. Cada uno de quienes transitamos las aulas en los bachis populares lo hacemos con nuestras realidades y eso se pone ahí. Profes y estudiantes compartimos nuestras existencias como un colectivo, transformando nuestras realidades en diferentes grados y magnitudes, pero ninguna sale como llegó. La práctica pedagógica está atravesada por posicionamientos políticos, epistémicos, filosóficos, que hacen que los encuentros cobren un sentido integral.

Saludo de León Gieco por los 20 años de los Bachilleratos populares https://www.instagram.com/reel/DCUhK4uRc-n/?utm_source=ig_web_copy_link&igsh=MzRlODBiNWFlZA==
