Lohana Berkins: la trava de todas las batallas

Por Florencia Guimaraes

Hace ocho años emprendía su vuelo, al cielo rojo de las travas, Lohana Berkins: amiga, compañera y referente de la vida. La doblemente judas, como ella misma decía, esto debido al castigo social que las travestis seguimos cargando como una gran piedra sobre nuestras espaldas, por renunciar a los privilegios que le otorga el sistema patriarcal a quienes portan pene. Reivindicaba políticamente en cada lugar que le daban voz, que era feminista, abolicionista, boliviana, gorda, de color, pobre, católica, comunista, orgullosamente travesti, obrera y anticapitalista. 
Ante este contexto, de un gobierno neofacista en nuestro país y la avanzada de los gobiernos imperialistas en el mundo y la clase dominante Argentina, no me es posible dejar de pensar en el pensamiento político de Lohana. Pues hablar de Lohana no se reduce a su identidad Sudaca travesti. Si algo tenía muy en claro eran las prioridades del movimiento popular a la hora de definir contra quién y quiénes daremos batalla. Por eso hablar de su pensamiento, a 8 años de su partida física, es indudablemente posicionarnos en el lugar de la justicia social para enfrentar a nuestros enemigos. Y no me refiero a la romanización de la “justicia social”, sino a la justicia de los pueblos oprimidos contra este sistema capitalista y patriarcal, que es todo lo que nosotras repudiamos.
Me resulta importante como travesti hablar también de que Milei, no es solo un “loco” que habla con los perros muertos, sino que es un representante fiel de los valores del capitalismo, y como tal su máxima prioridad es el mercado y la persecución, criminalización y aniquilamiento de aquellas personas que no somos parte, en términos de lo que propone el capitalismo. La mirada marxista y travesti de Lohana lograba hacer la interpretación de una lucha de clases no excluyente, ya que comprendía que luchar contra los opresores no es algo que sólo hace la clase trabajadora cisheterosexual, sino que esta lucha la llevamos adelante todas las personas que somos vulneradas en nuestros derechos humanos.
La trayectoria política y ética de Lohana no tenía sólo que ver con su activismo travesti, feminista o activista por los derechos humanos, sino que como travesti se paraba en el lugar de lo justo, y así ubicaba a su enemigo principal. Estoy segura que para ella Milei y su gobierno sería su enemigo principal, así como estaría solidarizandose con el genocidio a Palestina, con los conflictos bélicos y de pobreza generalizada, que pasa frente al mundo sin mayores repudios. Quienes pudimos compartir la vida con ella sabemos que estaría hace rato planteandonos quienes o quien es el enemigo principal y como se dejó de hablar de capitalismo. Cuando escuchamos que vienen por todo, me hago una pregunta que habita entre nosotras históricamente ¿Qué todo tenemos las travestis que lo vamos a perder? Como travestis, tortas y marikas que nos referenciamos con la Berkins lucharemos por la emancipación de la clase obrera para así poder romper las cadenas del  capitalismo que aún nos atan a las instituciones burguesas que depositan todas sus miserias sobre nuestros cuerpos, explotándonos sexualmente desde niñas y logrando exterminarnos a muy temprana edad. Nuestros cuerpos son políticos, nuestras existencias también. Existen y resisten ante las violencias cisheterosexuales que nos excluyen y depositan en las “zonas rojas” en el abandono, nos siguen apuntando con el dedo, encarcelándonos por travestis, prostitutas y desobedientes a sus normas.
Nuestros cuerpos y nuestras vidas se unen en las zonas marginalizadas para poder sobrevivir al horror de una sociedad que nos consume en la clandestinidad. Nuestras cortas existencias se organizan para unir el grito travesti contra las fuerzas represivas del Estado, de un Estado cisheterosexual y capitalista que mientras asesina, habla de derechos humanos. Tenemos derecho a existir, proyectarnos, a ser libres.
A 8 años del vuelo de la comandante de las mariposas, decimos NUNCA MÁS!