Por Zuleika Esnal
Las “Pibas” más visibles al decir BELÉN, son Dolores Fonzi y Camila Plaate. Pero con ellas, vamos todas.
Y eso, señores, se llama feminismo.
Se llama talento al servicio de una Cultura que pretenden arrasar y hoy nos representa ante el mundo.
Ojalá el premio venga a casa.
Pero no perdamos de vista que el Oscar más importante ya lo ganamos. Porque BELÉN se volvió bandera.
Memoria de lo que logramos conseguir y coraje para defenderlo.
BELÉN no es solamente una obra de arte impecable y profundamente necesaria.
Es pañuelazo y es grito a las puertas de los cines de países donde el aborto no es legal, como Brasil por ejemplo.
BELÉN es reflejo y documento de una lucha bastardeada por una extrema derecha que apunta a la cabeza de todas las mujeres.
Es la respuesta más contundente a ¿Y la feministas donde están?
BELÉN es mucho más que esa película que nos infla el pecho de orgullo y sobre todo de esperanza.
Es la prueba irrefutable de que la calle es el antídoto contra el silencio.
Dentro de muchos años, nuestras nietas van a saber que en este país hubo una mujer que nos narró ante el mundo.
Que no les tuvo miedo.
Hoy, una de las tantas nietas de las brujas que no pudieron quemar llegó a los OSCAR.
Salud.

