Pablo volverá a ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Ramos Mejía. “A seguir rezando, enviando todo el amor y las energías positivas para que Pablo continúe luchando“, fue lo que pidió la familia de un pibe de 35 años, un fotógrafo víctima del accionar represivo de Patricia Bullrich y el gobierno nacional, de la impunidad de chapa y uniforme, y de una Justicia que sigue mirando para otro lado.
¿Cómo puede ser que en medio de una movilización, con todos los precedentes de nuestro país, suceda lo que hicieron con Pablo y nada pase? ¿Cómo es posible que no exista costo político y que ni un solo funcionario y ni un solo efectivo sientan el paso de una democracia atada entre alambres? Porque Pablo Grillo es fotógrafo y le dispararon con saña. Porque así reprimen cada miércoles. Porque así nos desprecian y se violentan contra quienes tenemos voz y grito, camino y futuro.
Y ahora Pablo sigue luchando por su vida, mientras la clase política juega a ver a quién le fue mejor, a ver qué rosca se viene, a ver con quién se alínean, y la vida de un fotógrafo está en riesgo de vida desde hace 2 meses, y de a poco la noticia de Pablo pasa -.en los medios hegemónicos- en un zocalito, y en los canales de televisión lo nombran pero sin profundizar, y el miércoles palos y gases otra vez. Y es demasiada la crueldad, y el silencio.
Desde acá le enviamos fuerza a Pablo y a su familia, y a todos nosotros un llamado a la reflexión profundo, para comprender lo que significa esta criminalidad, lo que significa la tibieza, las “frases armadas” y el sillön para indignarse, y para comprender que un pibe de 35 años salió a laburar con su cámara y le dispararon con total impunidad, y a los responsables… ¿la Justicia qué hizo?
