La risa frente a los despidos y la angustia social

Por Editorial Sudestada

Un hombre que trabajaba en la AFIP intentó suicidarse. Había dejado una nota. Se lanzó de un noveno piso, y entre los cables y ramas -según informaron- le salvaron la vida. Este hecho no tuvo gran repercusión, y está claro cuál es la agenda mediática y hacia dónde se diagrama la información. Pero la trascendencia del hecho, tiene que ver con el festejo de los fascistas de teclado y videitos nocivos, como el “gordo Dan” y el ejército de trolls permanentes, amparados en el discurso violento del gobierno nacional.

En este caso, una influencer que sale a “velar” a la AFIP, a festejar los más de 3 mil laburantes despedidos, y por acción y omisión, el intento de suicidio de un hombre de 33 años. Marilú se hace llamar, y apenas trascendió la línea trazada entre sus “videitos” y el intento de suicidio, intentó de lavarse las manos.

Centrarnos en esta piba sería demasiado. Lo más nocivo en todo caso tiene que ver con la propaganda violenta, de odio, despreciable y peligrosa, del gobierno nacional, con un presidente que del insulto, la cacería, la persecución, y los ataques directos, hace un modo de gobierno. El mismo que se ríe de la pobreza, que festeja los miles y miles de laburantes despedidos, que organiza un asado por el ajuste a los jubilados, y que -entre tantas crueldades- sigue derramando veneno cada vez que abre la palabra.

¿Cuál es y será el costo de tanto desprecio por la clase trabajadora, por el pueblo, por los sectores vulnerables, y hasta por festejar la angustia social que es consecuencia directa de la política que ejecutan? ¿De qué manera se puede comprender que un gobierno, y de ahí al derrame de la peor miseria de los ciudadanos de a pie, festejen que familias se queden sin ingreso en un país en el que comer todos los días cada vez duele más, con la problemática de la salud mental, y la angustia que domina a todo el territorio?