Por Editorial Sudestada
Un 29 de julio como hoy pero de 1966 la dictadura de Onganía atacaba a la universidad pública
Un mes antes, un golpe de Estado llevado a cabo por Onganía, dejaba atrás al gobierno democrático de Arturo Illia. La tarde del 29, a través de un decreto, intervinieron universidades públicas a la fuerza. La policía federal ingresó para sacar a golpes a estudiantes, profesores y graduados de cinco universidades. El profesor Warren Ambrose en una carta al New York Times, cuenta lo sucedido, y aquí compartimos un fragmento: “Nos agarraron a uno por uno y nos empujaron hacia la salida del edificio. Pero nos hicieron pasar entre una doble fila de soldados, colocados a una distancia de diez pies entre sí, que nos pegaban con palos o culatas de rifles y que nos pateaban rudamente en cualquier parte del cuerpo que pudieran alcanzar”.
Con la intención de tener control absoluto, la dictadura de Onganía imponía el miedo, la represión y la censura. Argumentaban que las universidades eran “ámbitos fuera de control”, y que en ellas “hombres y mujeres podían subvertir el orden natural de las cosas”. Aquella tarde más de 400 personas fueron detenidas y hubo cientos de heridos. A raíz de estas intervenciones y de la decisión dictatorial, más de 300 científicos acusados de “comunistas” tuvieron que abandonar el país. Toda esta persecución al pensamiento se profundizaría, una década después, con el terrorismo de Estado de la última dictadura cívico militar y eclesiástica.
Los “bastones” estaban y están en manos de quienes buscan la ignorancia, oscuridad y silencio, quienes se aterrorizan frente a un libro, a las ideas, al pensamiento propio y a las luchas que, como bien saben, nunca terminan.