Por Editorial Sudestada
El gobierno, con Milei y Caputo a la cabeza, festeja un número falso para “afirmar” que la inflación es la más baja de los últimos años. Y así sale el presidente a comunicarlo, sin ningún dato preciso, de hecho para que “estos números le encajen” no actualizaron los últimos aumentos, esos que sentimos cuando entramos al almacén o nos llegan las cuentas de los servicios. Porque todo aumenta menos el ingreso, y sobrevivir en Argentina cuesta vida.
Desde que asumió este rejunte, todo lo que sea consumo y necesidad básica como mínimo aumentó cuatro veces, y ese impacto nos golpeó tan fuerte que el hambre abunda, que la pobreza aumenta, y que pasar por una góndola lastima. Por eso Milei no habla de números concretos sino de porcentajes, porque el detalle los delata. Como por ejemplo sobre la Canasta Básica, que supera el millón cuando el salario promedio en Argentina es de 400 mil pesos. Porque un jubilado cobra 300 mil pesos y paga 150 mil de luz, o de alquiler, y ni hablar de comer o de medicarse. Porque el Salario Mínimo no llega a esas 300 lucas, y solo un porcentaje pequeño de privilegiados tiene un ingreso de más de 1 millón de pesos, mientras estos miserables se aumentan los salarios con solo tocar un botón y levantar la manito.
Milei, Caputo, Sturzenegger, y toda esta runfla, puede seguir mintiendo, pero la realidad está en la calle. La realidad es ver que 1 kilo de carne llega a las 15 lucas, que hasta comprar arroz o yerba duele, que ningún impuesto baja, que las tarifas de luz y gas generan deuda, que ni tarjetando la gente pasa la bola, y que el resultado -sumado a la crueldad estatal- es el que sigue y nadie nombra: millones de niños comen solo una vez al día, la mayoría en la escuela, y falta para que empiecen las clases. Que millones de jubilados se van a dormir con un té en la panza. Que millones de trabajadores son explotados con salarios que alcanzan -con suerte- para dos semanas.
Y Milei sale a brindar. Y Caputo se nos caga de risa. Y los gremios y la clase política… bien, gracias… y nosotros salimos a la calle y sabemos la verdadera realidad.