La derrota de un gobierno al borde del abismo

Por Editorial Sudestada

Luego de la paliza de ayer, de lo que significa perder en la Provincia de Buenos Aires, con el 26 de octubre muy cerca, las coimas, el 3%, el Congreso que ya no le es tan funcional, la derrota que abre la herida, y la interna que arde puertas adentro de un gobierno al borde del abismo y con una economía atada entre alambres, y expuesta incluso que a horas de los comicios se sacuden los mercados y el dólar prende un alarma que resuena.

El quiebre en la LLA se agudiza, con Milei y Karina cada vez más solos, o mejor dicho, aferrados a los Menem, con toda la corrupción encima, lejos de Villarruel, con Francos, Pettovello, y Caputo sin estar en el escenario, ni en el foco de campaña, con las puertas que se cierran, los pases de factura, Espert rajando en moto, la censura de los audios de la corrupción, el terror de los que pueden venir, y el presidente que dice no recular, que sigue por lo mismo, y que claramente no escucha a la gente como desde diciembre 2023, con un ajuste sanguinario, y el hambre que le responde en las urnas como viene haciendo en las calles durante casi dos años.

¿Qué hará el gobierno ahora, tienen un “plan” ante semejante paliza, hasta dónde llegará la interna, cuántas filtraciones puertas adentro se vienen, cuántos pases de factura se destaparán de estos impresentables? Y en relación al llano, a la realidad de la gente… el gobierno que dice detestar al Estado pero lo saquea desde adentro, ¿aumentarán las jubilaciones, los Salarios Mínimos, los presupuestos de organismos püblicos, le devolverán los medicamentos a los viejos, los derechos que nos arrebataron, o seguirán en la misma línea con la excusa ya demasiado absurda del “equilibrio fiscal? 

Algunos interrogantes cuando nos aproximamos a las elecciones nacionales, con el FMI y todos los préstamos puestos en octubre, y un gobierno al borde del abismo que tiembla, recibe una golpiza tremenda, en su peor momento, y con un presidente necio, desbordado, y manchado de punta a punta que dice seguir por lo mismo que es lisa y llanamente, quitarle derechos a la gente, la misma que ya le dio la espalda.