Editorial Sudestada
Sobre lo sucedido en los “carnavales” en el partido de General Viamonte
Desde Los Toldos -provincia de Buenos Aires- nos llegan estas imágenes. En pleno “carnaval”, corso, y desfile de carrozas, llegó la reivindicación al terrorismo de Estado, en la imagen de Videla o de cualquier otro represor, y la banda nazi en el brazo. ¿De qué manera se puede comprender que 40 años después del retorno de la democracia, los organizadores de este evento, el Municipio de General Viamonte, el intendente, acepten y/o hagan la vista gorda ante semejante barbaridad? ¿Cómo puede ser que los carnavales continúen como si nada? ¿Qué acto democrático, de conciencia política, social, cultural, y humana, hubo al respecto? A quienes realizaron la “carroza genocida”, no merecen ni dos líneas, en todo caso están hoy ante las puertas de un gobierno fascista que desde el vamos niegan primero, y luego aplauden y avalan los crímenes de lesa humanidad. Pero que en pleno desfile llegue esto que vemos, y siga el paso ante aplausos, festejos y risas… demuestra el por qué de este presente que duele. Porque hay algo claro, cuando la construcción descansa lo que avanza es la destrucción. Y hoy los pichones de genocidas, los aprendices de la escuela del terror, y los odiadores seriales, están en el Poder. Bajan línea, crean monstruos, operan desde las sombras -como Villarruel, una enamorada de la clandestinidad- y logran que un grupo de personas se organicen para crear la “carroza genocida”, con todo lo que eso implica. Antes guardaban insignias nazis en sus casas, jugaban a la nostalgia con Videla puertas adentro. Salían a tirar mierda escondiendo la mano. Soñaban con otro golpe de Estado. Pero ahora el gobierno nacional les abre las puertas. Y acá están.
La Memoria, la Verdad y la Justicia, se defienden minuto a minuto en todos los rincones. Y mientras la apología a los crímenes de lesa humanidad se muestra y se desnuda, acá hay un pueblo que abraza a las Madres y Abuelas, a los nietos y nietas, a los HIJOS, a los más de 30 mil compañeros y compañeras, que defiende derechos, que lucha por el futuro, y que sigue gritando bien fuerte: Nunca Más.