La campaña de mediciones anunciada por el gobierno bonaerense en septiembre del año pasado concluyó con resultados positivos para el extractivismo minero y peligran numerosos ecosistemas provinciales. La Provincia busca insertarse en el mapa de depredación en torno al litio y negocia acuerdos con municipios.
La provincia de Buenos Aires, a las puertas de entrar en el mapa megaminero nacional a partir del extractivismo que propone la Gobernación. En septiembre del año pasado comenté que la gestión liderada por Axel Kicillof estableció un convenio con el Servicio Geológico Minero de Argentina (SEGEMAR) para la búsqueda de potenciales reservas de litio y “tierras raras” en territorio bonaerense. Siempre bajo la premisa de abastecer con esos minerales estratégicos a los países del llamado Primer Mundo y sus respectivas transiciones energéticas.
Durante la última semana de junio, la Subsecretaría de Minería de la provincia de Buenos Aires a través de María Laura Delgado, su titular, confirmó que concluyeron los primeros muestreos y se hallaron vestigios de esos materiales en distintos puntos del centro y el sudoeste bonaerense.
Sin embargo, declaró la misma Delgado, la Provincia aún carece de argumentos –léase, empresas interesadas– para avanzar con la explotación económica de esos minerales, por lo que prevé intensificar las labores de exploración con vistas a alcanzar resultados definitivos para mediados de 2025.
“(El informe) termina concluyendo que se necesita hacer un trabajo de mayor profundidad para poder definir la potencialidad (económica)”, dijo, para enseguida reconocer que los resultados “sí sirvieron para ratificar” la presencia de los minerales.
La funcionaria informó, además, que entre el último tramo de 2023 y los primeros meses de este año se concretaron dos campañas de exploración para búsqueda de litio y “tierras raras” en zonas como Barker, en el distrito de Benito Juárez, y Carmen de Patagones, en el límite con la provincia de Río Negro.
Los monitoreos que la Provincia anticipó en septiembre del año pasado incluían, también, labores de medición en Salinas Chicas, un área vinculada a Médanos donde hoy se hace extracción de cloruro de sodio, y el complejo de lagunas de Las Tunas, muy cerca de la ciudad de Trenque Lauquen.
Las tareas de medición, detalló Delgado, contaron con un presupuesto de $2 millones aportados por Minería de la Nación. La funcionaria viene de concretar, en mayo pasado, una visita silenciosa al partido de Patagones, ocasión que fue aprovechada por la subsecretaria de Minería provincial para abrochar un acuerdo con Ricardo Marino, intendente local, que incentivará el extractivismo en esa zona.
Precisamente, las salinas de ese distrito –sitios donde ya se desarrolla actividad minera– se encuentran entre las áreas donde se detectó la presencia de mineral de litio.
En sintonía con esta búsqueda de litio y “tierras raras”, el gobierno que encabeza Kicillof también oficializó el 4 de junio pasado el lanzamiento del programa “La Minería en tu Municipio”, iniciativa pensada para incentivar este tipo de explotaciones en todo el territorio bonaerense.
Según la resolución Nº 186-MPCEITGP-2024 publicada ese día en el Boletín Oficial provincial, la Subsecretaría de Minería impulsará convenios mineros con todos los municipios (135) que integran, justamente, la provincia de Buenos Aires.
“… se propicia la creación del Programa ‘La Minería en tu Municipio’, con el fin de acompañar y fortalecer las labores de gestión municipal en el sector minero, a través de un acompañamiento de las interacciones entre el Municipio, los actores del sector y la comunidad”, detalló el gobierno provincial.
“… a través de dicho programa se pretenden llevar a cabo acciones de articulación, capacitación, asistencia técnica, acompañamiento y divulgación, de las que serán destinatarios los municipios, productores, proveedores minero-industriales y profesionales del sector, así como instituciones y organizaciones de la sociedad civil interesadas en la temática”, añadió.
Respecto de las características de la actividad que se propone de la Gobernación, la extracción de litio consume y contamina todas las fuentes de agua de las zonas donde se lleva a cabo ese tipo de minería. El norte argentino es una prueba contundente del desastre que provoca esa explotación.
Por su naturaleza depredatoria la minería de litio no puede convivir con otras actividades económicas. Además de generar un número de empleos muy bajo, la extracción del mineral ocurre siempre a partir de una violación sistemática de derechos comunitarios, aniquila los ecosistemas, depende del capital trasnacional y tiene como fin abastecer únicamente a los países centrales.
Por el lado de las “tierras raras”, su extracción implica también la utilización de grandes cantidades de agua y los minerales que integran este grupo -lantano, lutecio, escandio, itrio, cerio y neodimio, entre otros- son altamente contaminantes una vez “liberados” al ambiente. El procesamiento de estos elementos, previamente extraídos mediante voladuras que originan cráteres de grandes dimensiones, demanda el uso de materiales radiactivos y químicos altamente corrosivos.