Palestina, Líbano, Siria y Yemen, son los cuatro países bombardeados por Israel en cuestión de horas. Con un saldo de víctimas fatales que estremece, más aún cuando no se puede asegurar la totalidad, por lo que implica la misma destrucción. Sin embargo, esta noticia no es tapa de diarios, no circula en las redes, no lleva a editoriales “humanistas”, ni al repudio entero de un mundo que sigue siendo cómplice al verdadero terrorismo. De hecho, la “noticia” sobre aquellos pagos, es el “ataque de los rebeldes de Yemen a dos destructores de EEUU”. Valga la diferencia. Vaya demostración concreta de cómo se mide la vara, y de qué manera se escudan las invasiones, exterminios y genocidios ejecutados por los grandes poderes mundiales.
En Gaza, en un año, más de 500 escuelas-refugio fueron bombardeadas. Más de 43 mil palestinos -de los que se pudo contabilizar- fueron asesinados. Un niño pierde la vida cada 10 minutos, por las balas, las bombas, o por el hambre. Y de repente el sionismo da la orden, se bombardea a 4 países a la vez, y “ni el ruido se siente”. ¿Cuántas víctimas fatales lleva el plan de exterminio israelí desde el 7 de octubre pasado, y cuántas desde aquel mayo de 1948?
¿Escuchamos hablar de una tercera guerra mundial, hay banderas de Palestina, el Líbano, Siria, Yemen, colgadas en las casas como las de Ucrania flameando porque “basta de guerras en el mundo”? ¿Comprendemos lo que significan estos ataques, y que mientras escribimos estas líneas, y las leemos, muchas más humanidades son arrebatadas por un Poder que invade, somete, hostiga, y asesina todos los días y a toda hora?
Que esta noticia no la veamos en los portales y mucho menos en los canales de televisión, es la muestra clara de que para llevar adelante un exterminio se necesita confundir a la opinión pública, un escudo blindado, el terror de la información, y que la sangre “ajena” no duela.