Cada 22 de octubre se conmemora en nuestro país el Día del Derecho a la Identidad. En homenaje a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo y a todas las identidades negadas, rebeldes, marginales y revolucionarias, compartimos este texto.
Por Florencia Alejandra Cencig
Ilustración Emilia Cuevas
La identidad tiene pinta de jueves y un carrusel con pañuelos blancos. Sombras en las paredes que se desvanecen y murmullos de libertad. Son los gritos que quisieron apagar, son los sueños de revolución, y en el tercero de los meses ellos vuelven a nacer, 30.000 gorriones miran al sol.
Identidad en Chuquisaca y en la sangre de la Azurduy. En los Qom y Mocoví y en los 700 originarios de Napalí. También en los wichi y en los mapuches, que bien saben resistir. En la wiphala y en el Inti Raymi, en el erke y en la lengua guaraní.
Las dos mejillas bien puestas porque no hay caretas para sacar, 43 años de ronda y muchos nietos por encontrar. Y aquí va para esos sin memoria que se olvidaron de Santiago, somos varios vikingos los que te estamos recordando. No nos pertenecen las falsas caricias y aquellos que saben callar, nosotros nos preguntamos: ¿Daniel Solano dónde está?
Identidad en los lápices que todavía siguen escribiendo, con los colores de Jáuregui, Marielle y Lohana Berkins. Porque el silencio es cómplice y hacer oídos sordos más, si nacimos gritando ¿Por qué nos vamos a callar?
Las manos rasgadas de lucha y la firmeza como legado. No los perdones Ramona, el Estado sabía que te estaba matando. Y por los rincones de los barrios, puede el mundo quedarse en casa, pero acá las ollas siguen peleando contra el hambre que avanza.
Y si Pocho estuviese vivo recorriendo con su bicicleta, vería que las cosas no cambiaron mucho, la policía y su lista se acrecienta. Facundo y Mariano, Kevin y Luciano, Bulacio y Marita Verón, y Julio que nunca apareció.
Pero no dejemos de mencionar a quienes lastimaron nuestra historia. Cuando busquen respuestas a semejante injusticia, recuerden a los responsables de tanta malicia; Etchecolatz y Videla, Massera y Galtieri, asesinos de la democracia y padres de la crueldad, ¿qué sentiría Mugica frente a las leyes de impunidad?
De guitarras y copas de vino, de tabaco y compañeros, ahora todos esos ideales tienen forma de pañuelo. Y en la sangre de las madres y en la fuerza de las abuelas, le seguimos dando vida al legado de la justicia.
Identidad con garras de Norita y sabor a feminismo. Disculpe las molestias Rivarola, pero usted queda bastante chiquito, frente a tanta oleada verde y pedido de igualdad, acá no hay ningún desahogo, aquí hay violencia judicial.
Identidad en la Pachamama y en la tierra que nos parió. No hay lugar para Monsanto ni para la Barrick Gold.
Siempre habrá nuevos comienzos y millones de finales, pero hay algo que perdura en el tiempo y no hay forma de que se manche:
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. 30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS, PRESENTE.