Hoy salimos a las calles por la educación pública

Por Editorial Sudestada

Se viene otra movilización por las universidades, por la educación pública, por nuestros derechos, y a un día de vencerse el plazo del presidente que amenazó con vetar la Ley de Financiamiento Universitario, aprobada en el Congreso. De la misma manera que lo realizó con el aumento y la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. Y del mismo modo que afirmó que gobernará de ahora en más, por decreto.

Con más del 60% de los trabajadores -de las universidades en todas las categorías- bajo la línea de la pobreza, el gobierno vuelve a “derramar” un relato para que la confusión pueda distorsionar la realidad. Por eso Espert salió a hablar de “sueldos millonarios”, y el mismo gobierno con Pettovello a la cabeza, de que las universidades “inventan alumnos” para aumentar los presupuestos. Parece un chiste pero no. Es el mismo latiguillo que vienen utilizando. Porque sobre los alimentos secuestrados aseguraron que los comedores no existían y que en los barrios “se roban la comida”. Sobre el recorte de cobertura del PAMI, afirmaron que nuestros viejos “reparten los medicamentos a sus familiares”. Sobre la gente que se moviliza, son “terroristas”. Sobre los incendios en Córdoba, “La Cámpora prende fuego”, y “que los vecinos se organicen, o que el privado los salve”. Y ahora, las Universidades nacionales “inventan alumnos”.

Hoy salimos a las calles porque el ajuste es brutal. Porque de la misma manera que nos asfixian, nos estigmatizan y nos persiguen. Porque la educación pública no se negocia, y el hambre tampoco. Porque el gobierno pretende solo destinar fondos a los buitres empresariales, y el pueblo responde con los derechos defendidos en las calles. Porque hoy salimos en todo el país. Porque no somos “alumnos inventados”, ni “ñoquis del Estado”, ni “zurdos de mierda”. Somos la educación pública, somos el pueblo con el corazón en la mano, somos las universidades nacionales, somos hijos, nietos, padres y hermanos/as de obreros, de esos “pobres” que ellos dicen que jamás debemos entrar a una universidad. Salimos porque somos el pueblo, y eso les duele.

Imagen: Doris Sanabria