Hasta siempre, Antonia

Por Editorial Sudestada


Falleció María Antonia Iraola, fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Tenía 99 años y una vida llena de compromiso, lucha y amor. Hacía unos años la habían declarado ciudadana ilustre en Río Cuarto, Córdoba. Su hijo Ignacio Cisneros era cantor y tocaba la guitarra. También ingeniero Agrónomo, recibido en la Universidad Nacional de La Plata, llegó a ser Secretario académico de la facultad. Regresó a Córdoba perseguido por la Triple A y desapareció el 15 de febrero de 1977 tras visitar a sus padres en Alpa Corral, en el sur de la provincia de Córdoba. “Corcho”, como lo conocían, tuvo un hijo, Mariano Cisneros, quien llevó adelante un camino de lucha en la búsqueda de Verdad, Memoria y Justicia junto con otros hijxs de desaparecidxs.
Antonia se despide de este mundo sin saber dónde está su hijo. Se va con la lucha impregnada en el alma, con los aprendizajes y la enseñanza multiplicada en cada rincón. Una Madre de la Plaza que supo convertir el dolor en una causa común y colectiva. Te vamos a extrañar Antonia. Pero esta despedida nos interpela para continuar la lucha bien firme para que ninguna Madre más se vaya de este mundo sin saber el paradero de sus hijxs, para que ninguna Abuela se despida sin conocer a su nietx, para que los genocidas terminen su vida en cárceles comunes, el negacionismo sea repudiado en todos los ámbitos y sea abolido, y que la Justicia sea plena.
Seguiremos la lucha, Antonia, y desde Sudestada te decimos:

Hasta siempre!!!