Feliz cumpleaños, Facundo

Hoy no vas a abrazar a la Bruja. No te va a cebar unos mates a la mañana, no te va a tirar veintitrés veces de las orejas, no vas a charlar con ella de tus planes, no le vas a dar un beso en la mejilla ni vas a calzarte la gorra y salir con tu mochila rumbo al laburo. Hoy no vas a juntarte con los pibes de la ranchada, no te van a cantar el feliz cumpleaños ni vas a soplar las velitas del bizcochuelo que te prepararon. Hoy no vas a tirar unos pasos murgueros por la calle para festejar ni vas a darle al redoblante para divertirte un poco, tampoco vas a gastar tus zapatillas con tanto ir y venir entre Pedro Luro y Bahía Blanca. Hoy cumplís 23 años, Facundo. Y de este lado de la sombra, tu mamá sigue soñando cada noche con un abrazo, tus amigos siguen anotando recuerdos y anécdotas, tus vecinos bajan la mirada y cada vez que mencionan tu nombre una textura áspera les seca la garganta.

Hoy no estás con tu gente, Facundo, y no podés compartir tu sonrisa amiguera o tus historias de viaje. Porque estaban ellos. Los que detuvieron tu camino rutero. Los que aplastaron tus sueños de pibe. Los que determinaron, con la prepotencia de quien se sabe impune, que tu historia terminaba ahí, entre sombras. Asesinos de uniforme, cómplices de traje y corbata, sicarios con micrófono, funcionarios peinados a la gomina. Todos ellos te arrancaron de este lado de la vida. Y hoy, justo cuando llegás a los 23 años, no estás con la gente que te quiere, que te busca, que no baja los brazos, que pelea contra tanta mentira y tanta indiferencia. Acá te seguimos esperando. Acá no te vamos a olvidar. Acá les vamos a hacer pagar a los que nos negaron tu risa y tus abrazos. Acá vamos a acompañar a tu mamá hasta que sepamos toda la verdad, hasta que paguen todos los responsables y sus cómplices. No van a poder. Feliz cumpleaños, Facundo.