Por Editorial Sudestada
Massot, uno de los “dialoguistas” de Pichetto. Uno de los traidores de la Patria. Los que juegan a decir “A” pero te condenan con una sonrisa en la cara. El mismo que de repente pareciera hablar con libreto macrista dándole la espalda a Milei, pero le vota todo, y aplaude decretos, despidos, hambre y miseria planificada, y una sentencia a la democracia y a la Constitución nacional.
“Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente”, dice Gieco. Y acá un poco de aire ante tanta contaminación. Massot intentando ingresar al Congreso y un grupo de personas que le hace saber -para que no queden dudas- de que levantar la mano para poner al pueblo contra el paredón, tiene estas respuestas. Como le pasó a De Loredo, como sintió Stolbizzer en Bahía Blanca, como Caputo en su amada Miami, como sabe Mauricio Macri por eso se baja del avión al blindado, y ni una vereda pisa. Como también comprende Milei y por eso solo viaja con pasaporte, nunca en el territorio nacional, y hasta se bajó de la Feria del Libro para “alquilar” el Luna Park, como hizo Eichmann.
A los traidores de la Patria, la respuesta del pueblo. Esto es una muestra de que el costo está. Por más que desde los medios funcionales a este fascismo, desde los discursos vacíos, las redes sociales como el envenenamiento de la información y de la realidad, el gobierno “agrande” la idea de su popularidad, de la “gran esperanza argentina” y del aplauso de la gente ante una “Ley de Bases” sinistra, que de una manera u otra, nos arrincona y nos golpea a todos, y que no tiene una sola línea que favorezca a los laburantes, jubilados y ciudadanos de a pie.
En Diputados quedó demostrado que la transa y la negociación “bolsillera” ganó la pulseada. En Senadores veremos que pasa pero por si alguno se olvida de lo que significa cagar a la gente y condenarla por décadas, acá un solo reflejo…
