El gobierno cierra definitivamente el INADI

Por Editorial Sudestada

Con la intención de achicar y vaciar al Estado en todo lo que sea asistencia y derechos para el pueblo -ellos disfrutan y exprimen los recursos estatales desde adentro- ahora cierran definitivamente el INADI. Y como si este atropello no alcanzara, lo celebran con palabras como la del vocero del fascismo grotesco, Adorni: “Faltaba su muerte administrativa: mañana el INADI habrá dejado de existir para siempre”.

Argentina pierde un organismo importantísimo, clave para la lucha por la igualdad, contra la dicriminación y racismo en un país en el que los discursos de odio, el clasismo berreta, y la violencia, abundan. Duele la noticia que venimos masticando hace tiempo, porque el gobierno lo anuncia desde los primeros días. Duele. Pero a la vez es consecuente esta ejecución con quienes la implementan. ¿Cómo no van a cerrar el INADI si son ellos los que estigmatizan a quienes creen mirar desde arriba y nos gritan en la cara: pobres, morochos, villeros, bolivianos, paraguayos, peruanos, chilenos, “provincianos”, trabajadores, indios, vagos, planeros, feminazis, putos, trolas, travas?

La idea -siempre con la confusión y los argumentos ridículos- es la de vaciar al Estado a la par que se lo señala, apunta y se lo convierte en demonio es una tarea minuciosa de la ultraderecha argentina, para lograr justamente que el Estado esté totalmente ausente para el pueblo, pero disponible para el saqueo de toda esta runfla.

Cierran el INADI como consecuencia de sus ideas y como propaganda para estimular cualquier acto discriminatorio, violento y cargado de odio. Cierran el INADI y apuntan contra el Estado otra vez. Los mismos que nadan en las aguas turbias del racismo, la xenofobia y la discriminación permanente, promoviendo el odio y la violencia en todas las esquinas, a la vez que multiplican la pobreza y desigualdad en un país con hambre.