La lucha de los trabajadores del Garrahan viene pisando fuerte, y la visibilización se profundiza para que la realidad retumbe, como sucedió ayer en el Monumental, con más de 150 laburantes del Hospital, y un reclamo claro y contundente: recomposición salarial, mejoras en las condiciones de trabajo, y la salud pública innegociable.

Antes del comienzo del partido, salieron a dar la “vuelta olímpica”, para que los aplausos lleguen, para que el ruido se sienta, para que la lucha atraviese a todos los sectores y se ponga sobre la mesa en un ámbito en el que pareciera que “nada ajeno al fútbol sucede”. Uno a uno, de blanco, con el corazón en la mano, fueron dejando huella con un reclamo que trasciende, emociona y le pega el grito al gobierno nacional, a la política de ajuste, pero sobre todo, a la clara intención de destruir el Estado, de desfinanciar la salud, de ponerla contra el paredón, y que pase de ser un derecho a un “mercado”, somo sostuvo “casualmente” hace unas horas el gestor de las privatizaciones y la avanzada empresarial, Federico Sturzenegger.
Lo “extraño” para el Diario La Nación, que tituló “El inesperado homenaje”, fue que lo organizó River como institución. Y ahí quizás el interrogante vaya -con fundamentos- a Donofrio, cercano a Milei, su relación con Zulemita, y que, entre tantas acciones- aplaudió este “cambio cultural” que promueve el fascismo “democrático”.
En el Garrahan, solo en 2024, ya han renunciado 60 profesionales que no fueron reemplazados, Y la “fuga” hacia mejores condiciones laborales, pone en peligro a un hospital que atiende infancias de todo el país, en el que se realizan alrededor de 12 mil cirugías por año, más de 100 trasplantes, y aproximadamente 600 mil consultas anuales. Un hospital que defiende el derecho a la salud, que lucha por todo lo que sucede puertas adentro y puertas afuera de una comunidad que le salva la vida a los pibes, que le pone el pecho contra el ataque permanente del gobierno nacional, y que ayer recibió una muestra de que podrán confundir a la opinión pública, pero la salud como derecho no se negocia.