La Ley de EDUCACIÓN TÉCNICO PROFESIONAL 26058 sancionada el 7/9/2005 y promulgada el 8/10/2005, establece en el artículo 52 Crease el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional que será financiado con un monto anual que no podrá ser inferior al CERO COMA DOS POR CIENTO (0,2%) del total de los ingresos Corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado para el Sector Público Nacional, que se computarán en forma adicional a los recursos que el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología tiene asignados a otros programas de inversión en escuelas. Este Fondo podrá incorporar aportes de personas físicas y jurídicas, así como de otras fuentes de financiamiento de origen nacional o internacional.
Por Dr. Marcelo Pagnola y Prof. Venturini
De más está aclarar que este Fondo no se ha ejecutado como plantea la Ley 26.058, evidentemente ha habido años en que se ha ejecutado un mayor porcentaje, siendo los años posteriores a 2015 los que cuentan con menor ejecución, claro está que son fondos nacionales transferidos a las provincias y ciudad de Bs. As. de manera proporcional. Estos fondos son manejados por el INET (Instituto Nacional de Educación Tecnológica). Dos líneas para el financiamiento a Escuelas técnicas son las más importantes, los Planes de Mejora Institucionales y los Planes de Mejora Jurisdiccionales. Existen líneas de financiación para equipamientos, insumos y capacitación. Estas líneas pueden ser pedidas por una Escuela en particular según sus necesidades o pueden ponerse de acuerdo diversas escuelas con igual especialidad y hacer un pedido en conjunto. Estos pedidos son elevados a la jurisdicción para luego ser enviados al INET para su evaluación y si son aprobados se transferirán los fondos a la Jurisdicción para que esta realice la licitación y compra. La rendición final es ante el INET.
Las jurisdicciones (autoridades políticas) deciden a que/quien darle prioridad (plan de mejora jurisdiccional, institucional) por ejemplo en la CABA desde el 2015 a la fecha no se han llevado a cabo Planes Jurisdiccionales ni Institucionales, se ha privilegiado una escuela la ET N° 20 D. E. 20.
Este Fondo debería servir para acortar la brecha tecnológica entre el sistema educativo y el sector productivo, así como para aumentar la cantidad de técnicos egresados con saberes demandados en el sector productivo. Hasta el año 2006 el 6% de los egresados de escuelas de nivel habían cursado en escuelas técnicas, en el año 2021 esta cifra aumentó al 16%, desde el INET se plantea llegar al 30%, este número se asemeja al de países europeos. Estos números claro se planteaban en un contexto de industrialización, como también se planteaba aumentar el número de Ingenieros e investigadores por habitante desde el hoy extinto Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología. Para muestra….hace falta un botón…solo hace falta recordar antaño cuando los aprendices que cursaban en la escuela técnica como parte de su formación podían fabricar equipos utilizados en la sociedad, como la “MAQUINA DE COSER EVITA” que entregaba la Fundación EVITA a mujeres de bajos recursos. Estos aprendices-estudiantes recibían un salario por su estudio-trabajo, y eran chicos de muy bajos recursos que debían “changuear” para aportar a la supervivencia de su familia. Pero ese salario/retribución les permitía dejar las changas y capacitarse, para luego con un oficio de alta demanda, insertarse en un sistema socio-económico que le permitía una movilidad ascendente.
Por dar un ejemplo las escuelas de Mecánica deben recibir equipamientos de nueva generación para la experimentación y aprendizaje en ciencias exactas (PCs, softwares, sensores, dispositivos, reactivos, instrumentos de medición, etc.) mientras que las materias específicas, talleres y laboratorios se deberán equipar con nuevos equipamientos: máquinas herramientas CNC, robótica, metrología, nuevas tecnologías en automación, energía, etc.
La presente desindustrialización, evidentemente planificada por inútiles y serviles al mandato externo (con aval de una parte de la población por acción u omisión, incluidos trabajadores y empresarios), va de la mano de la destrucción del sistema educativo y de ciencia y tecnología.
Lamentablemente no pudimos, no intentamos, no pensamos (lo suficiente) como hacer carne las políticas educativas y de ciencia y tecnología llevadas a cabo en los 12 años de Gobierno popular, que con sus limitaciones fueron positivas sin ningún lugar a dudas.
La Ley 26058 en las escuelas técnicas es poco conocida. Cuando dejaron de llegar equipamientos e insumos a las escuelas, los docentes en su gran mayoría no se plantearon por qué pasaba esto, quien era el o los responsables, como se podría revertir esto. Nadie tiene datos o es muy difícil acceder a estos, a cerca de cómo se ejecuta el fondo que plantea la Ley y que porcentaje de éste llegó a las escuelas. Nadie defiende lo que no conoce y el no conocer pasa por decisiones políticas de la conducción, de nuevo por acción u omisión.
Los cursos de capacitación para docentes, en diversos temas de la currícula de las distintas orientaciones de las escuelas técnicas es otra enorme deuda, es mínima la oferta planteada por el INET en función de las enormes necesidades, si no hay formación docente habrá una deficiente formación de los estudiantes que asisten a las escuelas técnicas. Resulta indispensable generar políticas serias y amplias de actualización en diversos saberes de amplia demanda en la industria, haciendo base en las Facultades de Ingeniería de las distintas universidades existentes a lo largo y ancho del País, los institutos y organismos de investigación estatales, ya sean nacionales (INTI, CNEA, CONICET, INTA) o provinciales (LEMIT, etc), Institutos de Profesorado Técnico, empresas estatales como Astilleros Rio Santiago y otras. Establecer pasantías para docentes en estos ámbitos científicos sin duda elevará su nivel de conocimientos para luego transmitirlos, no toda política requiere de grandes fondos, podemos complementarnos entre estamentos estatales, obvio que el actual no es el mejor momento político, pero es necesario encarar estas articulaciones. También el sector universitario y científico debe participar en la formación en saberes que no forman parte de la actual currícula. Esto asegurará la generación de una conciencia crítica en diversos temas relevantes para nuestro País, como: recursos mineros, recursos hidrocarburíferos, generación eléctrica, industrialización, política científica y tecnológica, cambio climático, producción de alimentos, rol del Estado, etc.
Lamentablemente el 2025 viene con las peores noticias para la Educación Técnica.
El Proyecto de Presupuesto 2025 presentado por el Presidente Javier Milei en su artículo N° 27 suspende el artículo 52 de la Ley 26.058 que trata la financiación de la ETP, estableciendo:
ARTÍCULO 27.- En el marco de la emergencia pública declarada por el artículo 1º de la Ley Nº 27.742 de Bases y Puntos de partida para la Libertad de los Argentinos, suspéndase para el ejercicio 2025 el cumplimiento del artículo 9º de la Ley Nº 26.206 de Educación Nacional y sus modificatorias; de los artículos 5º, 6º y 7º de la Ley Nº 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Ciencia y Técnica; del artículo 52 de la Ley Nº 26.058 de Educación Técnico Profesional y del inciso 1 del artículo 4º de la Ley Nº 27.565 del Fondo Nacional de la Defensa.
La ETP está a las puertas de un tiempo muy oscuro como el vivido con la Ley Federal de Educación del menemismo, dado el contexto educativo nacional y también por el proceso de desindustrialización que se viene llevando a cabo. Por su parte en CABA comienza a implementarse el plan BUENOS AIRES APRENDE que ya está recibiendo cuestionamiento de los alumnos y docentes. Si bien algunos de los gremios ya con el gobierno de CABA. Cualquier cambio en el sistema educativo con fines de mejoramiento que no haga hincapié en una fuerte inversión en capacitación docente y en reducción de la cantidad de estudiantes por docente está condenado al fracaso, claro está que con esto no basta, pero resulta indispensable en comenzar a articular herramientas que vayan en el sentido opuesto a lo planteado por estas políticas entreguistas. Si no es ahora, ¿Cuándo nos va a interesar esta problemática? La iniciativa debe estar de nuestro lado, y no al revés.
Colectivo de Ciencia y Tecnología (Casal Calviño – UBA – CNEA – INTI)