Córdoba en desborde

Mientras el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, publica en sus redes sociales que van a instalarse las cloacas en el interior de la provincia, en la zona de Alberdi y Villa Páez desde el día 13 de Octubre se rompió un caño que provocó un caudal de cloacas y mal olor. 
Esto llevó a familias evacuadas, personas que no quieren irse para no abandonar sus pocas pertenencias y vecinxs con posibles casos de gastroenteritis entre otras. 

Por Natalia Dimitri 

La defensa del gobierno provincial es que la cañería fue dañada por un contratista privado, ocasionando emergencia ambiental y sanitaria en ambos barrios.  La respuesta de la empresa privada fue que detectaron un boquete abierto en la superficie. Ante esto, esbozaron un croquis de lo que había que construir y reparar. El 27 de septiembre lo presentaron y el 7 de octubre recibieron la orden de intervenir de manera urgente. Pero “en el lugar no se podía hacer nada en ese momento” porque presentaron una magnitud de agua alta. Esta situación barrial viene desde el año 80/84. Desde ese momento, se realizaron obras en relación a desagües cloacales. Se insiste en que se prioriza y no se dan arreglos prioritarios.

La situación en la “actualidad”
Este primero de noviembre llovió en Córdoba y empeoró todo aún más. Se desbordaron las calles. Algunas familias debieron irse ya que el agua inundó sus viviendas.  Esta situación ya lleva 20 días con un plan de obras precario, sin fecha de culminación, y pocas respuestas.
Cabe destacar que este cuatro de noviembre volvió a llover y los arreglos hechos se vieron afectados. Los caños que flotaron por las calles fueron sacados y luego habilitaron el que estaba roto. Los vecinos manifestaron su preocupación porque aún  continúan bocas abiertas emanando gases tóxicos. 
A partir de este hecho, el Centro Vecinal Alberdi y Villa Páez este tres de noviembre convocó a una asamblea para tratar estos temas y una planificación seria. El objetivo es dar una solución decisiva con control y monitoreo vecinal para evitar este tipo de emergencias sanitarias.

Abandono de barrio
Desde hace años, los vecinos de las manzanas bajas sufren esta problemática. Desde el centro vecinal, siempre se reclamó por los daños. Aproximadamente hace 5 años, hay un equipo de investigación desde la Facultad de Ciencias Exactas donde trabajan el tema de las inundaciones y cloacas. No les dan respuestas y soluciones. Solo reciben respuestas precarias que terminan siendo parches y no un plan de obras que ponga fin a esta situación. 
La Facultad lanzó un comunicado en el cual confirman que el problema de desbordes en la zona es estructural y esto es por falta de planificación por parte del Estado. El desborde cloacal expone a familias a líquidos cloacales en calles y en sus inmuebles con graves consecuencias en la salud de las personas del barrio. Los derrames son permanentes,  provocando erupciones en la piel, gastroenteritis y otras enfermedades. Otro agravante es que la red está abierta y expuesta, criando así alacranes y ratas. La Institución universitaria, además está unida a grupos de especialistas para investigar los futuros impactos en el medio ambiente.
Río, sequía y su enorme contaminación  
En mitad del desborde, y sin soluciones concretas, la dramática situación llegó al río Suquía donde recibe materia fecal sin ningún tratamiento.  Esta situación es alarmante ya que sobrepasa al riachuelo llegando a ser la más grande del país.  Se estudió y evaluó la UNC en conjunto con el centro de químicas aplicadas en el cual llegaron a la conclusión de que la zona más afectada se da en el punto del vertido en la Avenida Costanera y Páez Molina en el puente Santa Fe.
Esta zona crítica está confirmada por poco más de tres kilómetros sobre el cauce del río atravesando la “Isla de los Patos”, punto clave donde se está evitando que se estanque el agua y que sea futuro foco infeccioso. 
Los especialistas apuntan a que el río ya tenía índices de contaminación de alto impacto.  Desde hace 10 años, la planta que debe tratarlas no funciona. De esta manera, se deja a más de un millón de vecinos sin red cloacal. Ellos fueron los que expresaron: “Lo que más nos preocupó con un grupo de vecinxs es el cuidado de las infancias por que se aplicaron medidas de emergencia y asistencialistas, pero nadie estaba mirando lo que estaba pasando. Están perdiendo su lugar en sentido territorial ya que las calles están desbordadas con residuos cloacales. Además justo ahora están reformando la plaza del cementerio y esto hace que se pierda espacio público por las restricciones de la pandemia” comentó una vecina del barrio Marechal. 
La solución por parte del municipio fue instalar una plaza blanda vallada. Los niños pisaban residuos cloacales lo que transformaba el lugar en un espacio inseguro y peligroso. Estaba ubicada frente al lugar donde emanan los gases. Hoy, gracias a los reclamos de los vecinos, se pudo quitar.
El Centro Vecinal planteó la necesidad de cuidar las infancias desde otro lugar con 3 actividades: charlar con las directoras de la zona que se acercaron de nivel  inicial y primario. Funciones de teatro para los niñxs y organizar un amistoso de fútbol. Se realizaron actividades para sacar a lxs niñxs del contexto crítico que están viviendo.
Los vecinxs vienen de pérdida en pérdida, por diferentes situaciones de vida,  cansados y hartos. Hay vecinas y compañeras que hace más de un mes que están sin dormir asistiendo a vecinos de casa en casa con necesidades básicas como agua y remedios. “El municipio sale con las publicidades, pero las que ponen el cuerpo son las referentes del barrio”, comentó la vecina. 
Actualmente las lluvias continúan y el derecho a la vida digna pasó a ser una utopía.