Por Editorial Sudestada
“El destape hot de las dirigentes”, tituló Clarín, en una nota que se alínea con la intención del gobierno de una “batalla cultural” que retrocede décadas, que pretende retomar la vieja escuela machirula y nociva de siglos pasados, y que pone en foco -como si no hubiéramos aprendido nada- a la mujer como objeto, a la mujer como vidriera de un patriarcado que a su vez está representado -en este caso y en esta nota- por una mujer. Una “periodista” que redacta un artículo vacío pero lleno de la peor miseria contemporánea, incluso para replicar los comentarios provocadores de los “anónimos” de las redes sociales. Porque en esta nota se dice mucho, pero más se expone en imágenes, en intenciones, y en la muestra de que la lucha no puede bajar los brazos ni un solo segundo. Porque el foco no está en cómo hacen política estas “dirigentes” sino en cómo visten, en cómo “provocan”, en lo “hot” y en “femeninas sí, feministas no”, reproducido como “lema” editorial de Clarín, de Alejandra Fernández Guida, y del gobierno nacional.
Como Clarín decide “promocionar” cuerpos ajenos, y “mostrar” cómo las dirigentes de la falsa “libertad” “hacen política”, Telefé intentó volver a “Poné a Francella” con todo lo que eso implica, Susana Giménez regresó como exponente de la frivolidad más despreciable, Yuyito es menemismo puro, y el gobierno ejecuta una miserabilidad tras otra contra toda política de género, diversidades, y derechos. Y lo que se construyó y se construye, prende de un hilo porque la “destrucción avanza”, porque el patriarcado sigue en guerra constante, porque sienten que es el momento histórico de regresar a esa vieja escuela de mierda, y porque de repente, en medio del verano, el calor, y la realidad, Clarín pone el foco en esto…
Quizás algún día seamos capaces de comprender lo que significa la comunicación, la responsabilidad de los mensajes, lo que impacta y lo que generan. Ojalá podamos ser capaces, de verdad, de jamás dejar pasar de largo todo aquello que es peligro, que duele, que lastima, y que nos condena, otra vez.