Por Rodolfo Lama T
Fuimos un 40%. Pese a el neoliberalismo y sus antivalores ingestados por obligación desde la cuna, pese al miedo patronal, a la cultura de la basura, a la prensa lacaya, a los millones de dólares invertidos en campañas del terror y fake news, pese a los atentados y montajes en la “macrozona”, a los pelaos Vade, a los Ricardo Lagos, a la tibieza y volteretas de la social democracia.
Pese a todo eso, un 40% de este Chile golpeado y creado a imagen de Friedman y Guzmán, se atrevió a dar un salto cualitativo y aprobar un texto constitucional transformador, digno, a la altura de los tiempos y ejemplo para el mundo. El 40% de este largo territorio creyó en un Estado Social de Derecho, en la plurinacionalidad, la inclusión, la educación no sexista, en la consagración de los anhelados derechos sociales sin medias tintas y tantas cosas más que nos sanarían por dentro y por fuera.
No pudo ser, empero el aprendizaje es mucho. El otro 60% está dividido entre quienes aman el legado del tirano y quiénes entienden que la constitución escrita entre tortura y muerte debe ser cambiada. Y eso también es nuestra victoria (aunque nos de rabia)…la idea de cambiar la constitución hoy está instalada, pese a que no sea el texto propuesto con tanto amor, trabajo y democracia paritaria; aunque sea por conveniencia de lxs asegurados de siempre que quieren cambios a la medida de sus trajes coludidos.
Por último, tenemos la experiencia de haber escrito como pueblo un texto constitucional; cada movimiento sectorial tendrá insumos inmensos para nutrir su lucha y todos ellos juntos para retomar la marcha. Tenemos la unidad en gran parte de los movimientos sociales y hoy avanzaremos con un texto completo bajo el brazo como hoja de ruta y testimonio histórico.
No todo está perdido, menos para nosotrxs.
*Rodolfo es Profesor de Filosofía y miembro del Movimiento por la Unidad Docente (@mud_chile)