Por Editorial Sudestada
Ni con las reservas del Banco Central en oro fugadas a Londres -que no sabemos de hecho dónde están ni para qué porque no llegó una sola inversión-, ni con los 20 mil millones de dólares de préstamo del FMI, ni con la “ayuda” de los grupos empresariales de Poder, el gobierno puede tapar el valor real del dólar, y lo sigue pisando, y sigue siendo una farsa cada vez más visible. Y ahora, vuelven al comienzo de la “gestión”, cuando decían que “la gente nos va a dar los dólares que tienen ahorrados”.
“Lo que vamos a hacer más es que la gente esté más proclive a sacar sus dólares del colchón, caja de seguridad o de donde sea y gastarlos”, es el textual de Caputo, que ahora intenta un especie de “blanqueo de capitales” que beneficia directamente a evasores. Porque la desesperación económica del gobierno se ve a los cuatro vientos, como también el derrumbe de las promesas que ya se agotan, las próximas elecciones, y el relato que choca de frente con la realidad, en la que la pobreza aumenta, como el desempleo, el consumo en picada, el no llegar a fin de mes, y las góndolas y servicios que duelen. Y no hay una sola mejora, y el valor del dólar es un espejismo, ellos lo saben, lo siguen sosteniendo, y ahora piden que la gente se los de, los “blanquee”, porque ni con los 20 mil millones de dólares del FMI alcanza.
¿A quién le habla Caputo? ¿Nos habla a nosotros que de dólares no conocemos ni el color, o a los grupos concentrados de Poder, o a los narcos y a los paraísos fiscales? ¿Les habla a sus socios, a los de la timba y bolsillos repletos, o a los mercados internacionales que nunca llegaron? ¿Le habla al FMI para que envíe más préstamos, o de verdad le pide a la gente como una antesala del Cavallo y corralito? ¿o está afirmando el desastre económico del país, y replicando aquello de “la gente vende los dólares para comer y pagar la luz?
El gobierno propone esta “batería de medidas” que desnudan la realidad que atravesamos, sin embargo lo muestran como “positivo” cuando la desesperación, el grotesco, y la impunidad los pintan de cuerpo entero.
