El sábado 19 de abril, la ciudad se encendió al ritmo de Cabra da Peste. En un C Art Media que latía como corazón en medio de la noche, la banda platense regaló una de esas fechas que no se olvidan fácil: pura energía, piel de gallina y ganas de bailar con los ojos cerrados.
Por Agustina Rúa
Desde que arrancaron en La Plata allá por 2018, los Cabra vienen haciendo lo suyo con una convicción que se siente desde el primer acorde. No son solo una banda de rock: son una fiesta que cruza fronteras musicales, mezclando candombe, cuarteto, cumbia y lo que pinte, sin pedir permiso. Son un collage sonoro con alma barrial y sangre caliente.
Con siete años recorriendo escenarios de Capital, el conurbano y el interior del país, esta banda no para de crecer, pero siempre con los pies en la tierra y el corazón en las canciones. Porque Cabra da Peste no solo hace música para moverse, también hace música para decir, para sentir, para abrazar ideales.
Y eso se nota. En cada letra hay un mensaje, una historia, una toma de posición. Ellos dicen que son “la militancia de la alegría” —y vaya si se nota— porque lo que transmiten en vivo no es solo sonido: es comunidad, es emoción, es sudor compartido.
La noche del 19 fue eso y más. Fue un ritual. Un pogo suave y rabioso al mismo tiempo. Un canto colectivo que no entendía de géneros, pero sí de ganas. Cabra da Peste subió al escenario y nos recordó que la música también es trinchera, refugio y fiesta.


































